Luego de desempolvar un par de reconocimientos por contribuir en algunas acciones a favor de los animales, decidí alzar mi voz para reiterar mi compromiso con el cuidado y protección de algunas especies de la fauna silvestre que comúnmente conocemos como Las galletas de animalitos que una organización no gubernamental mundial, ha proclamado por su desaparición.
Después de haber aplaudido el rescate de la ballena Willy, mientras devoraba una manada de “palomitas” y recientemente, llorado con la película “Animal Crackers” donde los animalitos de una caja de galletas vienen a salvar a una familia que lo había perdido todo en un circo. ¿Cómo es posible que Vegan Society, venga a pedir que se extingan al tigre, puma, camello, león, elefante y otras diez especies, que porque exaltan la superioridad de los niños y niñas ante el mundo animal?
Originarias de Inglaterra, nacieron como Animal Biscuits, comenzaron a fabricarse allá por el siglo XIX y a los muchos años, como sucede con muchos fenómenos políticos y sociales, llegaron a América y encuentran tierra fértil para pastar en las mesas mexicanas, donde las familias las remojaban en el café y en la leche, primero porque eran sabrosas y baratas o viceversa, además rellenas de vitaminas A, B, C y ante la eterna dieta, son fantásticas por bajas en calorías. Yo agregaría, que son desestresantes, pues uno trata de averiguar qué animal es, pues al parecer se rompieron los moldes originales y ahora, todos se parecen.
Todo lo anterior, sin olvidar el papel fundamental que jugaron en las piñatas, como parte del bolo para hacer creer que era muy generoso quien lo daba y sin olvidar, que eran parte fundamental de la despensa que eran ¿o son? repartidas en tiempos electorales, junto con una bolsa de frijol, arroz, azúcar y otra gigantesca bolsa de granitos de trigo inflado. Ahora, sucede que también se les van a acusar a estas galletas de haber sido influencers o coaccionadoras del voto.
Ojalá no prospere esta iniciativa con la que acabaría, una tradición galletera que ha venido sobreviviendo antes los embates de las de avena, las danesas, las Oreo, las de nieve, las de chispas de chocolate y Las Marías, que recién supe, no son mexicanas, sino inglesas y fueron creadas para honrar a la Gran Duquesa María Aleksándrovna de Rusia, pero esa ya es otra historia, dijera La Nana Goya. Por lo pronto, un llamado al Congreso de la Unión, al Senado, a la SEMARNAT y a la PROFEPA para trabajar por el bienestar y trato digno a esta gloriosa fauna: las Galletas de Animalitos a las que les deseo: ¡Larga vida!