El reciente debate de candidatos a la alcaldía de Tepic fue un evento que, lamentablemente, pasó desapercibido por su falta de relevancia y profundidad. De los cinco candidatos, solo tres se presentaron: Sofía Bautista, el Dr. Torres Soltero y Luis Zamora. Nayar Mayorquín y Geraldine Ponce decidieron no asistir, una decisión que puede entenderse dadas las críticas y ataques que habrían enfrentado y desviado el fin de un debate.
El Dr. Torres Soltero, desde el inicio, mostró una clara falta de preparación al optar por leer sus intervenciones. Esta decisión no solo dificultó su presentación, sino que también reveló una carencia de conexión con el público y una incapacidad para articular sus ideas de manera efectiva. La lectura, en lugar de proporcionar claridad, subrayó su falta de dominio sobre los temas discutidos.
Por otro lado, Sofía Bautista, con su experiencia en oratoria, se presentó con una actitud firme y decidida. Su capacidad para comunicarse es indiscutible, pero su lealtad a partidos políticos desgastados y controlados por caciques locales limita su credibilidad. Esta dependencia de estructuras partidistas obsoletas reduce su capacidad para proponer cambios significativos y responder a las necesidades reales de los ciudadanos de Tepic.
Luis Zamora es un caso aún más preocupante. Su trayectoria política, marcada por su paso por cuatro partidos en los últimos tres años, lo desacredita automáticamente. Su falta de consistencia y lealtad a cualquier ideología política sólida lo convierte en un candidato sin méritos sociales ni éticos. Como el Dr. Torres, Zamora también se limitó a leer sus declaraciones, un acto que evidencia una preparación insuficiente y una falta de autenticidad. Su intento de usar técnicas de mercadotecnia, como mantener una sonrisa constante, resultó forzado y poco convincente.
La frase del diputado de Movimiento Ciudadano, “Decide tu voto más allá de la mercadotecnia“, se convierte en una ironía dado que su propio partido se enfoca más en la imagen que en las propuestas sustanciales. Esta contradicción subraya la superficialidad del enfoque de algunos candidatos, más interesados en las apariencias que en las soluciones reales.
A pesar de que la dinámica del debate, organizada por el Instituto Estatal Electoral de Nayarit (IEEN), fue efectiva en teoría, la falta de ideales y propuestas claras por parte de los candidatos hombres hizo que el evento pareciera un recital escolar más que un debate político serio. La observación de Nayar Mayorquín, quien sugirió que ver el partido de fútbol entre Cruz Azul y América sería más provechoso, captura el sentimiento general de desilusión.
Todos los candidatos prometieron mejoras en áreas como el acceso al agua potable, las calles y las instituciones municipales. Sin embargo, es notable la omisión de temas cruciales como la salud, especialmente sorprendente viniendo de un médico como el Dr. Torres. Esta omisión subraya una desconexión preocupante con las prioridades de la población.
La falta de preparación, la repetición de promesas vacías y la ausencia de propuestas innovadoras reflejan un panorama político desalentador. Los ciudadanos de Tepic merecen líderes comprometidos y competentes, no candidatos que se limitan a recitar discursos que fueron escritos por algún ‘asesor’ de los 90’s.