Después de sufrir un grave accidente automovilístico cuando se dirigía a recoger a un par de compañeros de trabajo en el crucero de Francisco I. Madero y Bellavista, una tarde de domingo del mes de mayo del año 2011, el señor Ricardo Ríos Miramontes permaneció tres meses en estado de coma pero logró sobrevivir.
Sin embargo y como consecuencia del fuerte impacto que sufrió su camioneta cuando fue chocada por un camión de transporte público de la ruta PUGA-TEPIC sobre la carretera que conduce a Bellavista, el señor Ríos Miramontes sufrió diversas lesiones en su constitución física que en la actualidad lo obligan a caminar con dificultad, su hablar es pausado y en ocasiones pareciera que pierde el equilibrio.
Para lograr sobrevivir el señor Ricardo Ríos se dedica a vender chicles en el crucero de las calles Mina esquina con avenida México, justo en las inmediaciones de un reconocido hotel de la ciudad.
En entrevista, Ríos Miramontes refirió que la gente NO le consume su producto porque el automovilista cree que él se encuentra en estado de embriaguez o drogado, sin embargo pidió a los conductores que no permitan que sus mentes los engañen por la apariencia:
“Yo no consumo drogas, ni alcohol, son secuelas de mi accidente las que me hacer ver como un borracho”.
Comentó que antes del accidente él se dedicaba a maniobrar maquinaria pesada en la Yesca y en ese entonces tenía una esposa y una hija menor de edad, pero como consecuencia de su discapacidad física su mujer lo abandonó y desde entonces viva al lado de su madre, con quien comparte gastos para la alimentación.
Especificó que el día del accidente los líderes transportistas “se arreglaron” con las autoridades que atendieron el reporte del choque y modificaron el peritaje que impidió que él recibiera algún tipo de indemnización.
Sin embargo y a pesar de su critica situación y su discapacidad física, el señor Ricardo Ríos Miramontes, dice ser un hombre feliz: “no pasa, aún tengo vida”, concluyó.
