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La hipocresía de la violencia de género

El box, y la lucha libre entre mujeres, donde se patean sus órganos reproductores sexuales, se fracturan, se rompen el cráneo, parece ser más pacífica, y sana que un concurso de belleza

Con mucho gusto, comento en este espacio la petición hecha por unas amables lectoras respecto a lo que hoy se considera por un grupo de legisladoras federales,  encabezadas por la presidenta de la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputados, la señora diputada Wendy Zuloaga Briceño, en algo que ellas han dado en llamar “violencia simbólica”, para antes les quiero decir que el diccionario de la real academia define al término “simbólico”, como palabra que actúa como un adjetivo calificativo que sirve para designar a todo aquello que expresa un simbolismo ALGO NO CONCRETO O EVIDENTE.

Por lo tanto, de entrada nos debe quedar claro que cuando alguien quiere utilizar el calificativo “simbólico”, para referirse a algo, es porque en la práctica tal referencia no es concreta ni existe.

Así que me enfocaré en dos o tres asuntos que realmente si son violencia de género, es violencia contra las mujeres y nadie dice nada, estas diputadas que analizaron en un foro virtual el significado “simbólico” de los certámenes de belleza, los concursos pues en donde participan un cierto número de mujeres con todas las reglas bien establecidas, y en donde además la mayoría de los que organizan dichos eventos, son mujeres, no hombres, parece haber causado la furia de alguna de las legisladoras por el supuesto, así lo consideró una de ellas, de que al participar las señoritas aspirantes a representar a su país en materia de belleza, las ven los hombres asistentes con “ojos de morbo”, seguramente se imaginan a cada hombre asistente a los teatros donde se celebra una final nacional de belleza, con la baba cayendo de su boca y con ojos de pervertido sexual.

Pero, ocurre que estas mismas diputadas jamás han dicho o hecho, un foro virtual, o un solo comentario negativo o condenado la violencia de género de las peleas femeninas  de box  en México, todo un espectáculo en donde los hombres, que son la mayoría de asistentes a las veladas  boxísticas en donde sólo pelean mujeres, se solazan  de las golpizas que se dan entre mujeres, y miren que nuestro país, tiene varias campeonas mundiales de boxeo, pero al parecer que un par de mujeres, se suba a un ring de box, en shorts, tan sólo con un brassiere o sostén de busto especial para que le sostenga bien los pechos y evitar dolor en los golpes que dicho sea de paso, son permitidos en esa parte tan sensible y tan femenina de las mujeres, todo esto no es ningún atentado contra la violencia de género, al parecer es más correcto y educado que dos damas se den con todo, se rompan los labios, se hagan chipotes en la cara,  se inflamen los pechos a golpes, provocando eventualmente hasta cáncer en los mismos, todo esto y otras cosas más, son más educadas y menos violentas que unas damas que se exhiben bien vestidas, con trajes de noche, traje típico de su estado, traje de baño, con el rigor de tener conocimiento para opinar de un tema con cierta soltura.

Parece pues que nuestro país, tiene en las legislaturas, la forma de pensamiento en la que está el propio país, es decir, legislar  al revés, por caprichos, por coraje, por envidias, por venganzas, y conceptos similares.

Porque por ejemplo, y continuando con el asunto de las mujeres boxeadores, que seguramente y sin que sea oficial, me supongo que en el cerebro de las respetables diputadas, ellas están aportando su granito de arena a la cultura, al ejemplo de la lucha y la valentía, pero pues lamentablemente por  más que busquen encontrar entre las historias de la tradición boxística muchas en las que el grave daño a la salud, o incluso la muerte del boxeador, se debió a su enorme "corazón", a su decisión de desoír  las señales de peligro, les puedo asegurar que el boxeo, como disciplina corporal, cultiva un cuerpo destinado a su propia aniquilación.

No obstante, hay una interpretación mística del boxeo —la cual inspira una producción cultural extensa—, a partir de la que se elabora una figura heroica que se mueve en el mundo boxístico para fabular mitos de la modernidad, como el de la construcción de la masculinidad, la conversión del niño en hombre o la salida de la pobreza con base en el mérito individual. En todas estas expresiones el boxeo "es conquista y destrucción, competencia pura, hombre contra hombre", les puedo decir pues con toda seguridad que este deporte, de suyo violento, pues se trata de un combate a golpes, con un réferi o arbitro en medio, es un icono de la masculinidad, no más.

Y sin temor a equivocarme, el simple hecho de permitir a dos mujeres darse con todo, liarse a golpes, cuando son vistas por sus hijas o hijos, sus padres, hermanos, es ya una afrenta a la violencia de género.

El boxeo femenino es un deporte de combate. Es análogo al boxeo en sus características esenciales, salvo pocas adecuaciones llevadas a cabo para facilitar su práctica por mujeres. Es practicado tanto de forma amateur como profesional.

Apareció por primera vez en los Juegos Olímpicos en una demostración en 1904, pero no fue sino hasta los Juegos Olímpicos de Londres 2012 que fue incluido, siendo el deporte que más años ha tardado en ser incluido en la historia debido a prejuicios de género. A pesar de lo anterior, su práctica ya se había extendido durante la primera mitad del siglo XX y contaba con el apoyo de diversos entes deportivos reconocidos, incluyendo la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), la Organización Mundial de Boxeo (WBO u OMB), la Federación Internacional de Boxeo (IBF o FIB) y la Asociación Internacional de Boxeo de Mujeres (WIBA). Estas cinco organizaciones son los principales entes que rigen el boxeo femenino y los combates por títulos mundiales en boxeo femenino, así que leyendo estos datos, ustedes se darán cuenta de que esto de las peleas de mujeres quizá sea más viejo que los “violentos” concursos de belleza.

Por supuesto, es probable que alguna de estas legisladoras, diga que en eso consiste la igualdad de género, en dejar que sean igual que los hombres a la hora de subir a un cuadrilátero, y bueno, probablemente sea cierto, de lo que podemos pues argumentar que entonces también hay igualdad en los certámenes  de belleza, ya que los hombres tienen su propio concurso con el cada vez más abundante grupo de homosexuales que lo realizan, sin ninguna “violencia simbólica”.

Pero apenas les di el ejemplo de las peleas de box femeninas, existen cosas peores y violentas en donde las diputadas si deberían de meter orden, porque eso si es violencia femenina y no simbólica, sino real, les recordaré la lucha de mujeres, una exhibición de fuerza, rudeza, violencia al cien por ciento, del cuerpo de las luchadoras, de gritos ofensivos contra las luchadoras por parte de algún incivil asistente, que con el hecho de pagar boleto, tiene el derecho de gritarle porquerías a las mujeres luchadoras que en el ring, se dan patadas en la vagina, se lanzan desde la altura de las cuerdas del ring contra la oponente, eventualmente una luchadora le baja los calzones a la otra nomás por maldad y exhibirla, ante la complacencia de los asistentes, la mayoría hombres por cierto, y luego estas mujeres terminan con descalabradas, con fisuras, quebraduras, eso si, para las diputadas seguramente este espectáculo, es muy pacífico, educado, cultural, deja enseñanza en los niños y niñas que las ven, que ven las luchas libres de mujeres, y digo seguramente que esto si es pacífico, apacible, plácido, pasivo, porque aquí  nuestra preocupadas diputadas federales por la violencia simbólica, no han dicho ni una sola palabra en contra de estas prácticas de imitación machista.

Y de los grupos étnicos en donde existe verdaderamente discriminación contra las mujeres, en donde las humillan al máximo, tampoco hay condena, seguramente es más ejemplar y bello, que un indígena tenga tres o cuatro mujeres, y venda a sus hijas por un burro o por un saco de maíz, que el “peligrosísimo y violento” certamen de hermosas mujeres preparadas, muchas con licenciaturas, o estudiantes universitarias, en pasarelas de lujo, con toda la seguridad del mundo…en fin, sólo quiero concluir diciendo que hasta donde se sepa, ninguna mujer pidió legislación sobre este tema, por haberse sentido violentada, por el contrario, leímos que nuestra diputada de MORENA, Geraldine Ponce, expresó que nunca se sintió violentada…hasta mañana

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