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Draft NBA: los diez jugadores claves

Fuera de fecha y con muy pocas certezas, llega el primer draft telemático de la historia. ¿Quién será el número 1? Hay muchas dudas, pero estos son los jugadores más destacados.

Esta noche se celebra el draft 2020 de la NBA. Fuera de fecha, con una generación de jugadores sobre las que hay muchas dudas y no asoman grandes súper estrellas (no con demasiada claridad, al menos) y a las puertas de una temporada que tiene los training camps a menos de dos semanas y los partidos oficiales a poco más de un mes. Los novatos de esta generación 2020 tendrán, por lo tanto, que adaptarse además por la vía rápida. Cosas de la pandemia.

Será un draft telemático (desde luego, algo que jamás había sucedido) que se desarrollará en las instalaciones de ESPN, en Connecticut (esta noche, a partir de las 02:00 hora española). Y que se celebrará 146 días después de la que tenía que haber sido su fecha original (antes de la pandemia), el 25 de junio, el mes en el que se ha estado llevando a cabo desde 1975. Minnesota Timberwolves tiene el número 1 por segunda vez en su historia, después de la elección en 2015 del pívot Karl-Anthony Towns. También tendrán elecciones altas los Warriors, que elegirán con el 2, y los Spurs, que llevaban más de dos décadas sin quedarse fuera de playoffs y elegirán con el 11, su pick más alto desde que le dieron a Tim Duncan el número 1, en 1997.

Habrá baile de nombre, seguramente traspasos de última hora. Y habrá sorpresas, jugadores elegidos más alto de lo esperado, otros que caen más allá de lo que decían las previsiones… Pero, en una noche sin muchas certezas, estos son diez nombres que habrá que tener muy en cuenta, los principales candidatosa a copar las primeras plazas de una elección de la que saldrá, oficialmente, la generación de rookies para la temporada 2020-21 de la NBA.

ANTHONY EDWARDS: Escolta. 19 años. 1,96 y 102 kilos. Universidad de Georgia.

Madera de estrella para el gran favorito a ser elegido con el número 1, en poder de los Timberwolves. Un escolta con un tremendo físico, ya preparado para rendir al máximo nivel en la NBA: fuerza, velocidad, coordinación… enorme instinto anotador, buen tiro levantándose tras dribbing (no tanto en estático tras recibir) y letal en transición rápida y cuando decide penetrar. Tiene armas para ser un buen defensor. Las dudas están en sus lagunas de concentración y unos altibajos que no siempre le permiten rendir al máximo. No es un mal pasador pero no tiene una gran visión y tiende a contentarse con tiros en suspensión desde media distancian en lugar de explotar su capacidad para penetrar y producir cerca del aro. Si desarrolla su potencial, será una estrella.

JAMES WISEMAN: Pívot. 19 años. 2,16 y 112 kilos. Universidad de Memphis.

19,7 puntos y 10,3 rebotes en la Universidad de Memphis… pero en solo tres partidos. Primero por problemas en un hombro, después debido a una suspensión por aceptar dinero para mudarse con su familia a Memphis, y finalmente la crisis del coronavirus. El caso es que hay muy poco que analizar de James Wiseman en College. Eso sí, tiene a su favor que es un pívot muy grande, con una tremenda envergadura y capacidad de convertirse en un jugador determinante en defensa. Está empezando a desarrollar un tiro útil en ataque, donde ya es un buen finalizador de jugadas por encima del aro y un buen socio para las acciones de pick and roll. En la NBA actual los equipos tienen cada vez más dudas a la hora de elegir a un pívot puro en los puestos más altos del draft, pero Wiseman es uno de los jugadores con más proyección de este curso 2020 y no tendría que caer por debajo del top 3 en ningún caso.

ONYEKA OKONGWU. Pívot. 19 años. 2,06 y 111 kilos. Universidad de USC.

Un pívot que será top 10 y que puede salir muy arriba porque, aunque está todavía muy verde, tiene un perfil óptimo para la NBA actual: pequeño pero móvil, con instinto y polivalencia defensiva y capacidad de incidir en el juego por dentro y por fuera: en defensa puede hacer casi cualquier cosa que necesite su equipo. Trabaja sin parar y parece literalmente incansable. En ataque le queda un recorrido larguísimo por delante, pero tiene la base para adquirir un tiro como mínimo pasable y una visión de juego óptima, cosas que todavía no están en su arsenal. Eso lo acerca a jugadores a los que ha reconocido que mira con lupa para pulir su aprendizaje, como Bam Adebayo. Para aproximarse a algo parecido al tremendo nivel del pívot de los Heat, tiene que mejorar muchísimo. Y crecer de forma exponencial como amenaza de ataque.

LAMELO BALL. Base. 19 años. 2,01 y 82 kilos. Illawarra Hawks.

La gran incógnita del draft, el jugador que puede descuadrar muchas cuentas y mover las elecciones de forma drástica. Hay opiniones para todos los gustos: muchos creen que es el mayor talento del draft 2020, pero la mayoría de la gente que apuesta por eso también considera que es un jugador sin grises, de blanco o negro, y que puede acabar siendo una estrella… o un pufo notable. Tiene facultades para ser un grandísimo base: es muy alto y tiene un instinto increíble como creador de juego. Al mismo tiempo, genera dudas porque se marchó a jugar a Australia, puede acabar siendo más bonito que bueno, no se sabe cómo de comprometido estará con el trabajo duro y tiene un estilo muy estético pero despreocupado, con tendencia a las pérdidas y los errores y sin, todavía, un tiro de tres que le vaya a ayudar en el nivel NBA. El hermanísimo de Lonzo Ball (que fue número 2 del draft) es la gran apuesta de este 2020: un techo altísimo… y un suelo notablemente bajo.

DENI AVDIJA. Alero. 19 años. 2,06 y 100 kilos. Maccabi Tel Aviv.

El alero israelí del Maccabi es uno de los grandes proyectos europeos de los últimos años. En la NBA gusta muchísimo por su físico y su capacidad para evolucionar en un jugador total, capaz de mover al equipo como un base, defender por toda la pista y atacar los emparejamientos defensivos favorables ante rivales más pequeños. Su potencial es, desde luego, altísimo por su mezcla de talento y físico (2,06). Los más optimistas ven en él un (en el futuro) perfecto creador de juego, iniciando o continuando jugadas. Pero su tiro puede acabar siendo un problema y todavía no ha demostrado en el nivel Euroliga que esté listo para la NBA, así que tendrá que adaptarse y crecer a marchas forzadas. Con 19 años y en un draft lleno de incógnitas y dudas, no hay duda de que alguna franquicia apostará por él entre las siete u ocho primeras elecciones. En principio, de hecho, será top 5.

PATRICK WILLIAMS. Alero. 19 años. 2,03 y 102 kilos. Universidad de Florida State.

Un jugador al que le han sentado de maravilla estas últimas semanas previas al draft. Su caché ha subido como la espuma y ha gustado mucho a varias franquicias en unas pruebas en las que ha enseñado que es un jugador que todavía no está listo pero rendir al máximo en la NBA pero que puede acabar convirtiéndose en una pieza muy valiosa en el estilo actual de la Liga. Con mucho potencial físico (muy fuerte por constitución), tiene un enorme potencial como defensor. Es disciplinado, trabajador, colectivo y sabe pasar, acabar jugadas, moverse bien y decidir con criterio. Tiene un incipiente tiro exterior, algo que debería trabajar para poder maximizar su potencial, pero por sus facultades parece una buena apuesta para quien quiera criar uno de esos jugadores multiposición que son tan valorados en esta NBA.

KILLIAN HAYES. Base. 19 años. 1,96 y 98 kilos. Ulm.

Otro europeo que apunta al top 10 y, desde luego, un jugador que ahora mismo es puro potencial y que está todavía lejos de ser una opción viable en la NBA. Nacido en Florida pero francés de nacionalidad, lleva avisando desde las categorías inferiores del baloncesto continental: es un jugador especial. Tiene una enorme visión de juego (es un excelente pasador), mucho talento, un buen cuerpo para jugar de base (aunque necesitará más explosividad para el ritmo de la NBA) y mucho instinto para dirigir. Además, está progresando notablemente como tirador. Con 19 años, promedia en la Eurocup con el Ulm más de 12 puntos y 6 asistencias por partido. Es una tremenda promesa pero, desde luego, una pensada para el largo plazo. Una franquicia que tenga tiempo, paciencia y capacidad de sacar lo mejor de él, puede llevarse a un jugador con opciones de acabar siendo uno de los mejores de su generación. Tiene cualidades para serlo.

OBI TOPPIN. Ala-pívot. 22 años. 2,06 y 100 kilos. Universidad de Dayton.

El veterano de la parte alta del draft. Toppin tiene ya 22 años y ha estado tres en Dayton, aunque el primero no jugó porque todavía no era elegible académicamente para estar con el primer equipo. No tiene el potencial por explotar de otros, más jóvenes, pero es uno de los valores más seguros y uno de los teóricos aspirantes a Rookie del Año porque llegará ya notablemente preparado a la NBA. Quizá no vaya para súper estrella pero es una certeza y un jugador muy sólido y que hace muchas cosas en ataque. Es fuerte, juega cerca y más alejado del aro y puede encajar casi en cualquier equipo como un ala-pívot polivalente, de mucha energía y que aportará en muchas áreas. Muy explosivo cerca del aro y gran finalizador, es una amenaza para las jugadas de pick and roll y tiene una muy valiosa combinación de corpulencia y velocidad que hace la vida difícil a sus defensores. Pero también es capaz de abrirse para lanzar después de los bloqueos. La gran duda con él es la defensa, donde puede sufrir en una NBA en la que se juega con tantos espacios como la actual.

TYRESE HALIBURTON. Base. 20 años. 1,96 y 79 kilos. Universidad de Iowa State.

Otro base y un jugador muy inteligente y que puede acabar saliendo elegido muy arriba. Destaca por su IQ, y de hecho muchos expertos aseguran que es el jugador con mejor feeling para el juego de este draft 2020. Intangibles más allá de los números, toma siempre la decisión correcta y tiene una tremenda capacidad de pase y buena muñeca, aunque no tiene una mecánica de tiro convencional. En defensa es un jugador inteligente y que sabe hacer lo que necesita de él su equipo. Sus puntos débiles también son claros: no es un gran jugador de uno contra uno, no tiene el físico explosivo de muchos bases de la NBA y no posee todavía una gran capacidad anotadora. Pero algunos creen que puede acabar siendo un robo del draft si se va más allá de los puestos séptimo u octavo.

ISAAC OKORO. Alero. 19 años. 1,98 y 102 kilos. Universidad de Auburn.

Era, porque dicen de él que hace siempre mejores a sus compañeros, uno de los jugadores más seguidos de este draft. Pero sus acciones han bajado un poco a medida que subían las de Patrick Williams. Se trata de uno de los mejores defensores de este curso, muy fuerte y capaz de secar a los aleros rivales. Inteligente, muy dinámico, agresivo y con una tremenda capacidad de trabajo. En ataque pasa muy bien, entiende de maravilla el juego… pero su techo dependerá mucho de cuánto pueda mejorar como tirador, un área que no está entre sus virtudes y que es esencial en la NBA actual. La franquicia que crea que pueda ayudarle a desarrollar un tiro en suspensión efectivo, puede apostar con tranquilidad por un Okoro que puede acabar siendo uno de los mejores jugadores de equipo de esta generación de rookies.

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