La presidenta Claudia Sheinbaum calificó como “cordial y muy positiva” la reunión virtual sostenida ayer con sus homólogos de Estados Unidos y Canadá. El encuentro, previo a la revisión formal del T-MEC programada para 2026, sirvió para “limar asperezas” en temas energéticos y laborales que habían tensado la relación en los últimos meses.
Aunque no hubo anuncios de grandes inversiones, la mandataria destacó la voluntad de sus socios para respetar la soberanía energética de México, un punto innegociable para la 4T. “Entendieron que nuestras empresas públicas son estratégicas”, afirmó Sheinbaum, refiriéndose a PEMEX y CFE.
Sin embargo, fuentes diplomáticas sugieren que Estados Unidos presionó fuertemente en el tema migratorio y en el combate al fentanilo. La Casa Blanca habría condicionado ciertos apoyos tecnológicos a resultados tangibles en la incautación de precursores químicos en los puertos mexicanos.
Canadá, por su parte, puso sobre la mesa las preocupaciones de sus empresas mineras ante la nueva Ley de Aguas aprobada por el Senado mexicano. El primer ministro canadiense solicitó garantías de que no habrá expropiaciones indirectas ni cancelaciones arbitrarias de concesiones vigentes.
El comunicado conjunto reafirma la integración de Norteamérica como la región más competitiva del mundo frente a China. La próxima cita será presencial en Washington, donde se espera que se definan las “letras chiquitas” de la revisión comercial.



