Mientras la Riviera Nayarit acapara los reflectores turísticos por sus playas, la capital del estado guarda en sus calles un patrimonio edificado que narra otra historia: la de la evangelización del occidente de México y la consolidación de Tepic como un centro urbano de poder religioso y político.
Más allá de ser simples lugares de culto, los templos históricos de Tepic y sus alrededores son cápsulas del tiempo donde conviven el estilo neogótico, las leyendas virreinales de milagros vivos y las huellas de la Revolución Industrial en Nayarit. Esta ruta profundiza en los cuatro recintos que definen la identidad espiritual y arquitectónica de la capital nayarita.
1. La Catedral de la Asunción: El desafío neogótico de Gabriel Luna
Si observas la Catedral de Tepic desde la Plaza Principal, notarás algo inusual para una ciudad del pacífico mexicano: sus dos torres neogóticas, esbeltas y agudas, que contrastan con el estilo colonial de la región.
La historia detrás de la piedra
Aunque el sitio albergó una parroquia desde mediados del siglo XVIII, el edificio actual comenzó su historia el 9 de diciembre de 1804, cuando se colocó la primera piedra de un proyecto ambicioso impulsado por el bachiller Benito Antonio Vélez. Sin embargo, la Guerra de Independencia frenó las obras en 1810, y no fue hasta la década de 1820 que se logró concluir la nave principal.
El verdadero cambio de rostro llegó mucho después. En 1868, el párroco en turno decidió que la fachada original era insuficiente y encargó un nuevo proyecto al maestro Gabriel Luna y Rodríguez. Luna, en una decisión audaz para la época, optó por el estilo neogótico, rompiendo con el gusto neoclásico imperante.
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Torre Sur: Terminada el 14 de octubre de 1893.
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Torre Norte: Concluida el 31 de marzo de 1896.
El contraste interior
Al cruzar sus puertas, el visitante se lleva una sorpresa: el interior no es gótico, sino una mezcla neoclásica y renacentista, resultado de remodelaciones posteriores (especialmente las de 1920) que buscaron “suavizar” la nave con decoraciones de yesería y altares más tradicionales. Esta dualidad —gótico por fuera, clásico por dentro— convierte a la Catedral en una pieza arquitectónica única en el occidente.
2. Templo y Exconvento de la Cruz de Zacate: El milagro vivo
Ningún otro templo en Nayarit —y probablemente en México— tiene una reliquia como esta: una cruz que no está hecha de madera ni de piedra, sino de hierba viva que crece naturalmente en el suelo.
La leyenda de 1619
La tradición, documentada por cronistas como Domingo Lázaro de Arregui, cuenta que en 1619, un arriero que transportaba sal desde la costa notó que sus mulas se negaban a pisar un trecho de campo. Al revisar el suelo, descubrió una cruz de hierba (zacate) perfectamente formada, distinta a la vegetación que la rodeaba: más crespa, menuda y siempre verde.
El convento franciscano
El hallazgo transformó el lugar en un sitio de peregrinación. Para proteger la cruz, se construyó primero una enramada y, hacia 1784, los franciscanos terminaron el imponente convento que hoy conocemos. Este sitio fue crucial para la historia de América: desde aquí partieron misiones, incluyendo la del célebre Fray Junípero Serra, rumbo a la evangelización de las Californias.youtube
Curiosidad histórica: Durante la Guerra de Reforma, el coronel liberal Antonio Rojas intentó destruir la cruz de hierba para acabar con la “superstición”, mandando excavar el lugar. Según los relatos locales, la hierba volvió a brotar con la misma forma, consolidando aún más la fe de los tepicenses.
3. Santuario de Guadalupe en El Pichón: La fe que mueve a Tepic
Aunque técnicamente se ubica en la localidad de El Pichón, a pocos minutos de la capital, este santuario es el corazón de la devoción popular moderna de Tepic.
De una choza a un santuario
La historia comenzó el 12 de octubre de 1906, cuando se celebró la primera misa en una rústica capilla de adobe y palma. La devoción creció rápidamente, pero durante la persecución religiosa (Guerra Cristera y años posteriores), la capilla original fue incendiada.
Fue el Obispo Manuel Azpeitia y Palomar quien, en la década de 1930, impulsó la construcción del templo actual para dignificar el sitio.
La gran peregrinación
Hoy, el templo es el destino de la romería más grande del estado. Cada 12 de diciembre, miles de nayaritas caminan durante toda la noche desde Tepic hasta El Pichón (unos 10-15 km) para pagar “mandas”. El edificio actual, de planta de cruz latina, resguarda un óleo antiguo de la Virgen que se dice perteneció al colegio jesuita de la ciudad, conectando así la nueva devoción con el pasado virreinal.
4. La Capilla de Bellavista: Misterios de la era industrial
Para el viajero que busca algo diferente, la localidad de Bellavista (a 7 km de Tepic) ofrece una ruina fascinante: la capilla de la Ex Fábrica Textil.
Construida hacia 1872, esta edificación formaba parte del complejo industrial fundado por la casa Barron & Forbes, réplica de una fábrica en Gante, Bélgica. Lo interesante de la capilla es su aire de misterio:
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Arquitectura inconclusa: Presenta arcos ojivales y muros de ladrillo rojo y cantera de los cerros cercanos (El Vigía y San Andrés), pero da la sensación de no haberse terminado nunca del todo.
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¿Símbolos masones? Existen teorías locales que sugieren que la traza y decoración del complejo industrial —incluyendo la zona de culto— esconden simbología masónica, dado que los propietarios extranjeros y los arquitectos podrían haber pertenecido a estas logias, algo común en las élites industriales del siglo XIX.
Guía práctica para el visitante
Para entender Tepic a través de sus templos, se recomienda la siguiente ruta de medio día:
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09:00 AM – Catedral: Visita el interior y observa las torres desde las bancas de la Plaza Principal. Busca la placa que marca la fundación de la Diócesis en 1891.
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10:30 AM – Cruz de Zacate: Camina hacia la Calzada del Ejército. Entra al templo para ver la cruz de hierba protegida en el suelo y visita el exconvento anexo, hoy sede de oficinas de turismo, pero que conserva sus patios coloniales.
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12:00 PM – Bellavista: Toma un taxi o colectivo hacia Bellavista (15 min). Recorre la ex fábrica (ahora museo) y busca la estructura de la capilla, ideal para fotografía arquitectónica por su estética de “ruina industrial”.
Nota: Si visitas en diciembre, la peregrinación a El Pichón es una experiencia antropológica imperdible, aunque requiere buena condición física para realizar la caminata nocturna junto a los locales.



