La administración de Xalisco enfrenta su crisis más grave hasta la fecha. La presidenta municipal, Anabel Guerrero, confirmó un presunto desfalco superior a los 2 millones de pesos en una de las cuentas del Ayuntamiento. Las primeras investigaciones descartan ataques externos y apuntan directamente a la Tesorería municipal.
El escándalo estalló en medio de una severa crisis financiera para el municipio. Según la información oficial, el movimiento irregular fue detectado directamente en las cuentas bancarias del Ayuntamiento, un sistema que opera exclusivamente bajo estrictos controles de seguridad digital y al que solo tiene acceso el personal interno autorizado.
Descartan culpa de manifestantes
Aunque inicialmente surgieron versiones que intentaban responsabilizar a los manifestantes que mantienen un plantón fuera de la Presidencia Municipal, esta teoría fue rápidamente descartada. Los inconformes no tienen acceso físico al edificio y, mucho menos, a las claves bancarias digitales necesarias para realizar transferencias de esta magnitud. Todo indica que el fraude se gestó desde las propias oficinas de gobierno.
¿Robo hormiga y préstamos irregulares?
Este incidente se suma a una ola de señalamientos previos por parte de trabajadores y funcionarios, quienes han advertido sobre un presunto “robo hormiga” en áreas clave. Fuentes internas aseguran que personas cercanas al círculo de la alcaldesa estarían aprovechando la crisis para beneficiarse, citando como ejemplo la trascendida solicitud de un préstamo de 200 mil pesos por parte de la síndico municipal, dinero proveniente del erario público.
Un municipio en quiebra técnica
La noticia del desfalco llega en el peor momento posible. La propia alcaldesa ha reconocido que el Ayuntamiento está prácticamente en quiebra, sin liquidez para cubrir los aguinaldos y obligado a solicitar deuda para cerrar el año fiscal.
Ante el silencio de los actores políticos afines a la Cuarta Transformación en el estado, la ciudadanía en Xalisco se cuestiona el futuro de la administración: si el primer año cierra con desfalcos millonarios y deuda, el panorama para el resto del trienio luce desalentador.



