En el mundo de la política, la coherencia y la sinceridad son cualidades que los ciudadanos esperan de sus representantes. Sin embargo, existen casos en los que los políticos sorprenden con cambios de ideología y lealtades partidistas que generan desconcierto y desconfianza entre los votantes. Un ejemplo de esto es el diputado Héctor Santana, quien en el 2016 afirmó rotundamente que no abandonaría el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para unirse a Morena, pero que hoy, paradójicamente, se encuentra en ese partido buscando la alcaldía de Bahía de Banderas. ¿Qué mensaje envía esto a la ciudadanía? ¿Cómo debemos interpretar estos cambios repentinos en la carrera política de Santana?
En el 2016, Héctor Santana era diputado local por el PRI y realizó una declaración que hoy en día es recordada por su incoherencia. Afirmó públicamente que el PRI era el mejor partido en Nayarit y que no se iría a Morena, alegando estar agradecido por las oportunidades que el PRI le había brindado. “Ni de broma me voy del PRI a Morena”, fueron sus palabras rotundas en esa ocasión.
Sin embargo, tras perder las elecciones, Santana decidió dar un giro de 180 grados en su postura y se unió a Morena, buscando una nueva oportunidad en la política. Esta situación resulta desconcertante para los ciudadanos, quienes se encuentran frente a la evidencia de una falta de coherencia en las palabras y acciones del diputado.
Es importante destacar que Héctor Santana tuvo una destacada trayectoria en el PRI, llegando a ser presidente del partido en Bahía de Banderas, diputado local y candidato a la presidencia en dicho municipio. Estos logros y su experiencia política le brindaron el reconocimiento de la ciudadanía y el respaldo de su partido. Sin embargo, su abrupto cambio de lealtades partidistas plantea interrogantes sobre su verdadero compromiso con los ideales y principios que sostiene.
Hoy en día, Santana busca nuevamente la alcaldía de Bahía de Banderas, pero esta vez con el respaldo de la Cuarta Transformación, movimiento político liderado por el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Esto genera más cuestionamientos sobre sus motivaciones y hasta qué punto los políticos están dispuestos a sacrificar sus principios por el afán de obtener el poder.
Conclusión:
La falta de coherencia política de Héctor Santana es un ejemplo claro de la volatilidad y la incongruencia que a veces se encuentra en el ámbito político. Sus palabras de lealtad al PRI y su cambio repentino a Morena muestran una falta de sinceridad hacia los ciudadanos y una falta de respeto hacia su propio partido y los principios que este defiende.
La incoherencia en el discurso político socava la confianza de los ciudadanos y alimenta la percepción de que los políticos están más preocupados por sus propios intereses que por el bienestar de la sociedad. Como ciudadanos, debemos ser críticos y exigir que nuestros representantes políticos actúen con coherencia y sinceridad para mantener la integridad de la democracia y el sistema político. Solo así podremos confiar en aquellos que nos representan y luchan por el bienestar de la comunidad a la que sirven.