El reciente proceso de liberación del ex magistrado del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) Pedro Antonio Enríquez Soto ha generado controversia y debate en la comunidad jurídica y ciudadana de Tepic, Nayarit. El caso, que se relaciona con miles de juicios ficticios en el INFONAVIT, ha tenido un desenlace inesperado que ha dejado cuestionamientos sobre la justicia y la imparcialidad del sistema legal.
El ex magistrado enfrentó una medida cautelar de prisión preventiva justificada desde diciembre de 2019, cuando se le vinculó a la causa penal 101/2019 por los delitos mencionados. Sin embargo, en los últimos meses, Enríquez habría decidido poner fin a su larga defensa y aceptar someterse a un procedimiento abreviado con la Fiscalía General del Estado (FGE), en el cual admitió la responsabilidad de los hechos imputados.
El procedimiento abreviado acordado con la FGE incluyó una sentencia de cinco años de prisión, con la posibilidad de conmutarla, así como el pago de cuatro millones de pesos por concepto de reparación del daño, una multa equivalente a 100 días, la inhabilitación para ocupar cargos públicos durante cinco años (excepto la academia o docencia), y otras medidas punitivas.
La rapidez de la liberación y la conmutación de la pena han llamado la atención, especialmente porque el ex magistrado ya había cumplido más de la mitad de la sentencia en prisión preventiva. Esto ha suscitado preocupaciones sobre el principio de igualdad y el tiempo de prisión anticipada, aspectos que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha observado en casos anteriores en México.
Otro punto relevante en este caso es la relación familiar entre el ex magistrado y su abogada defensora, quien resulta ser su hija. Esto ha generado interrogantes sobre la imparcialidad en la representación legal y si esto pudo haber influido en la decisión de aceptar el procedimiento abreviado.
Además, la presencia de abogados del INFONAVIT en la audiencia inicial generó debate, ya que el juez consideró que no eran parte ofendida en el caso específico de Enríquez Soto. La falta de transparencia y claridad en los procesos judiciales puede socavar la confianza pública en el sistema legal.
Es importante que los casos de corrupción y delitos cometidos por funcionarios públicos sean investigados de manera minuciosa y justa, garantizando la rendición de cuentas y el debido proceso. La sociedad tiene derecho a conocer los detalles y las razones detrás de la liberación de un ex magistrado involucrado en un caso de tanta relevancia.