Este sábado 17 de septiembre se cumplió un año de que Geraldine Ponce rindiera protesta como presidenta municipal de Tepic y de que Alejandro Galván, asumiera el poder como verdadero gobernante de la capital desde la jefatura del gabinete. Lo anterior, es una percepción bien instalada entre los tepicenses y un secreto a voces que comparten funcionarios municipales y regidores aliados de la alcaldesa y su poderoso asesor.
-Cualquier asunto hay que checarlo con Galván, si él lo autoriza, la presidenta está contenta. No le gusta que lo traten mal- dijo un regidor en mayo pasado a un grupo de personas de las que yo estaba cerca.
Para la ciudad no ha habido ningún cambio significativo. El anuncio de megaproyectos que no han terminado de cuajar ha sido la constante. Los mil millones de pesos que, siendo diputada federal, Geraldine Ponce gestionó y que serían aplicables todavía durante la administración del maestro Francisco Castellón y que tendrían como destino la rehabilitación de cientos de calles de Tepic, se convirtió en un presagio de otros proyectos faraónicos cuya conclusión se antoja poco menos que imposible, si tomamos en cuenta que a la presente administración le queda poco menos de un año y medio efectivo, antes de que comience la fiebre por la sucesión del 2024.
Proyectos como “Tepic río”, la rehabilitación del río Mololoa y campañas masivas de esterilización que terminan siendo campañas de atención a 40 animalitos -muy por debajo de las que impulsan rescatistas independientes como “Casa Coqui” o Fundación animalista Nacahue-, han sido la confirmación de que este gobierno festeja el tarro para la leche cuando aún no ha comprado la vaca que piensan ordeñar.
Geraldine Ponce es la primera mujer electa como propietaria y no como suplente para ocupar el cargo de presidenta municipal, es además la más joven según parece de quienes han ocupado esa responsabilidad y la más votada hasta ahora. Por ello resulta lastimoso que la esperanza de miles de mujeres que apostaron porque a la alcaldía llegara la sensibilidad y la firmeza de una mujer, se vieran ensombrecidas por la decisión de la joven política de endosarle a su asesor la facultad de gobernar un municipio que a él ya le había negado esa posibilidad varias veces.
Un cabildo mediocre donde la mayoría de sus integrantes son personajes limitados, unos en su intelectualidad y otros en su valor, donde jóvenes promesas de la política adoptaron la cómoda posición de convertirse en edecanes de la alcaldesa a cambio de compensaciones extraordinarias adicionales a su salario o a la posibilidad de hacer negocios inmobiliarios desde el Ayuntamiento. Mujeres y hombres que festejan el cambio de unas pocas luminarias en las colonias a las que representan como un logro, mientras guardan silencio sobre lo que aprueban en cabildo y que lesiona la economía y forma de vida de miles de familias tepiqueñas.
Han sido doce meses de una política recaudatoria voraz. Desde el intento de eliminar los descuentos a adultos mayores y personas con discapacidad hasta las instrucciones a fiscales, policías y elementos de vialidad para que ayudaran a recaudar recursos a cambio de bonos extraordinarios, han dejado a muchas familias lastimadas en su economía. A los policías no se les han dado los uniformes que les corresponden por derecho ni se les ha aumentado el sueldo en más de 7 años, se anuncia la adquisición de vehículos destinados a la seguridad pública, pero no se dice que son vehículos comprados de segunda mano por lote y que a la mayoría sólo se les mandó a rotular en un negocio vinculado al jefe de gabinete, pero que no se les dio el mantenimiento que garantice su buen funcionamiento.
Ha sido un año de constantes irregularidades que pasan por el Comité de adquisiciones del Ayuntamiento y que demuestran que el combate a la corrupción y el despilfarro tan sólo son un recurso narrativo para el discurso, pero no una política de gobierno.
El proyecto de Geraldine Ponce trazado en 2018, después de ser electa diputada federal, pasado por la alcaldía de Tepic en 2021 y requería de una reelección en el 2024 para llegar al 2027 como la opción más viable para la gubernatura del estado. Ante propios y extraños, el gobernador del estado, que será el gran elector en la elección intermedia venidera, ha dicho que de ninguna manera permitirá la reelección de Geraldine en Tepic. Nombres como Roy Gómez, Alba Cristal Espinoza o Jasmine Bugarín han estado sobre el escritorio del gobernador para reemplazar a Geraldine a partir del 2024 y no resulta descabellado que, conforme se acerque la fecha, los “leales” integrantes del equipo Galván- Ponce busquen otros barcos donde saltar para evitar el desempleo inevitable al ser vinculados con la pareja política que actualmente gobierna el municipio.
Mientras todo eso sucede, los ciudadanos seguimos siendo testigos de los abusos por parte de la autoridad municipal, de megaproyectos que se anuncian pero que no se concretan, de una corrupción rampante por parte del ayuntamiento y de la mediocridad de la mayoría de los integrantes del actual cabildo. Mientras tanto, los tepiqueños intentamos sonreír con el único ánimo de no llorar.