A través del portal oficial del la plataforma Roskomnadzor, que forma parte del Servicio Federal de Supervisión de Comunicaciones de Tecnologías de la Información y Medios Masivos de Rusia, el gobierno ruso ha anunciado el término de las restricciones impuestas sobre el uso de la plataforma de mensajería Telegram, luego de dos años de su prohibición emitida por la Procuraduría de Justicia.
Roskomnadzor comenzó con el bloqueo de Telegram en abril de 2018, luego de que se le negara el acceso a la información de mensajería cifrada y a las llaves necesarias para descifrarlas. Telegram argumentó que esa práctica implica una violación de sus políticas sobre privacidad y acceso a la información.
Pese a las medidas de control, esta restricción no impidió que miles de usuarios continuaran con el uso de la aplicación a través de vías no oficiales. Asimismo, según el vocero Dimitry Peskov, el uso de Telegram ha tomado mayor fuerza durante la situación de emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, ya que permite la creación de mejores condiciones de organización y comunicación entre las fuerzas especiales, así como una vía efectiva para la comunicación entre la población civil.
Según Pavel Durov, CEO y fundador de Telegram, las restricciones del gobierno ruso no cumplieron con el control absoluto sobre la aplicación, gracias a herramientas de terceros y otras estrategias implementadas por la misma comunidad para seguir con el uso de la plataforma, como la adquisición de licencias de VPN, redes privadas virtuales con las que usuarios pueden obtener acceso. Ante este hecho, Telegram no detuvo las peticiones para revocar la prohibición durante los dos años siguientes a la restricción sobre su plataforma, así como la solicitud de llevar esta iniciativa a países donde aún existe la restricción.
De acuerdo con Durov, las restricciones en Irán y China representan un desafío mayor que en Rusia. Respecto a China, las fuertes medidas de censura llevaron a la prohibición de Telegram en 2015, como parte de su iniciativa denominada Proyecto Escudo Dorado, cuya plan comenzó en 1998, con objeto de regular y vigilar el tráfico de información en Internet. Por su parte, el gobierno de Irán prohibió Telegram durante las protestas de 2018, cuando la aplicación llegó a su punto más alto en la historia del país, con 40 millones de usuarios activos, lo que constituye la mitad de su población; esta cifra no tiene precedentes en el resto del mundo.
En respuesta a la llegada del Internet de banda ancha, el software abierto, y la posibilidad de desarrollar aplicaciones de mensajería no centralizadas, las autoridades de varios gobiernos en el mundo, como en el caso de China e India, han incrementado las restricciones respecto al uso de mensajería no autorizada por el estado. Los países con más accesibilidad, como Estados Unidos y México, apuestan por medidas de vigilancia estrictas sin prohibiciones en el uso de aplicaciones, sino por la implementación de medidas de control más estrictas sobre la información sensible y personal de sus usuarios a través de un convenio con proveedores de Internet.