Por lo menos cuatro cuerpos en estado cadavérico fueron encontrados en una fosa clandestina ubicada en terrenos enmontados de la comunidad de Paredones, perteneciente al municipio de Culiacán, Estado de Sinaloa.
Dos de los cuerpos estaban amarrados con mecate y envueltos en plástico negro, mientras que el cráneo de otro estaba a ras del suelo.
El hallazgo se llevó a cabo por parte de colectivos de rastreadoras Voces Unidas por la Vida, Padres y Madres con Hijos Desaparecidos, Uniendo Corazones y la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas de Sinaloa.
Los colectivos y la comisión salieron desde temprana hora desde la ViceFiscalía con rumbo al lugar en el que llegaron a un rancho entre medio de Mojolo y Paredones para posteriormente seguir a pie por lo menos un kilómetro por un camino complicado.
La zona ya estaba marcada debido a que el reportante anónimo había dejado una señal para que encontraran el punto que se localizó en medio de árboles y matorrales junto a Paredones.
En el sitio se encontró un cráneo a simple vista y posteriormente se excavó hallando en un radio de 5 metros otros tres cuerpos que al parecer estaban amarrados con mecate y con plástico negro.
De acuerdo con la denuncia anónima se trata de 6 o 7 cuerpos lo que están en la fosa clandestina.
El despliegue fue custodiado por Policía Municipal, Policía Estatal Preventiva y la Guardia Nacional.
De las diligencias se haría cargo la Fiscalía General del Estado de Sinaloa, quienes terminarían de excavar para dar con todos los restos.
Antecedentes violentos en Paredones
El 4 de marzo, llamadas a los servicios de emergencia alertaban sobre grupos armados que amenazaban con incendiar casa en la comunidad de Paredones, tras ello, las autoridades implementaron múltiples operativos, señalando posteriomente que era falso el reporte de quema de casas.
Posteriormente, vecinas del lugar denunciaron a EL DEBATE que si fueron amenazados por grupos armados, mientras que las autoridades continuaba con operativo de vigilancia en la mencionada zona rural al norte de Culiacán.
10 días pasaron cuando los pobladosres ya no soportaron y decidieron abandonar sus viviendas y pertenencias, fueron los primero desplazados por la violencia en Culiacán durante el 2020. A través de un recorrido realizado por EL DEBATE se pudo comprobar que las calles y casas del lugar habían quedado abandonadas.