El presidente Andrés Manuel López Obrador y su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, iniciaron el proceso ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para registrar sus nombres y siglas como marca comercial para evitar que terceros puedan lucrar con ellos.
De acuerdo con El Universal, Alejandro Esquer Verdugo, secretario particular del mandatario, comenzó los trámites entre abril y julio y se pagaron casi 17 mil pesos por el estudio de estas solicitudes, las cuales se encuentran asentadas en seis expedientes, cuyas copias se encuentran en poder del diario.
El rotativo destaca que el pasado 27 de abril fue abierto el expediente 2352324 para que la marca “Andrés Manuel López Obrador” pueda ser usada sólo por el Ejecutivo federal en el ámbito de la educación, en servicios de entretenimiento, así como en actividades deportivas y culturales.
En tanto que, de acuerdo con el expediente 2352331, también se busca que el nombre del Presidente pueda ser protegido para ser comercializado en publicidad, gestión de negocios comerciales, administración comercial y de trabajos de oficina.
Para poder registrar las siglas “AMLO” como marca propia, el presidente informó que fue en 1995 cuando comenzó a usar estas siglas, periodo en el cual encabezó la Caravana por la Democracia, de Tabasco a la Ciudad de México, demandando la anulación de la elección estatal, puesto que el entonces militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) acusaba que hubo fraude.
Desde 2008, cuatro personas han intentado registrar la marca AMLO para actividades deportivas, educativas e, incluso, para ser comercializado en bebidas alcohólicas.
El pasado mes de mayo, la secretaria de Economía Graciela Márquez Colín, junto con Juan Lozano Tovar, director del IMPI, informaron que había personas que buscaban ser dueños de la marca “AMLO”, pero no se les otorgaba porque había una legislación en la materia que lo impedía.
“Hay gente que quiere registrar ‘AMLO’ como marca, (pero) no todo lo que queremos registrar lo podemos hacer, debido a que hay una Ley de Propiedad Industrial que el director sigue a la letra, porque hay reglas”.