Ante la pandemia muchos estudiantes de diversos grados escolares, al igual que docentes, tuvieron que emigrar a un método diferente de enseñanza, haciendo uso de las nuevas tecnologías para evitar el contacto físico y posibles contagios de COVID-19. Sin embargo, esta situación ha sido todo un reto pues no todos tienen las mismas posibilidades para acceder fácilmente a internet y en ocasiones tampoco se tiene la facilidad de aprendizaje.
Tal es el caso de los niños especiales, quienes requieren de toda una atención personalizada y el completo apoyo del docente. Liliana Íñiguez, maestra de educación especial, comentó que ha sido complicada la inclusión de los niños en las actividades escolares ya que se trabaja a través de plataformas digitales.
“Hemos tenido alguna complicaciones, entre ellas pues la inclusión que existe con algunos niños con necesidades educativas especiales, en este caso con la dificultad que pueden llegar a tener los niños hay ciertas barreras que impiden el aprendizaje, nosotros como docentes nos vemos en la necesidad de buscar los medios para que ellos sigan aprendiendo a través de una plataforma que se llama Zoom”.
Destacó que los niños toman todas las materias incluyendo educación física, artes, lenguaje y comunicación entre otras; se imparte una clase grupal y una individual dependiendo de sus necesidades, ya que se tiene alumnos con Síndrome de Down, Asperger y Autismo, por lo cual la docente debe adaptarse a cada uno de ellos, además que los alumnos requieren del apoyo del padre al 100%.
“Se imparte una clase grupal y una clase para cada niño porque existen diferentes necesidades en cada uno de ellos. Yo trabajo con niños que tienen Síndrome de Down, Asperger y Autismo, cada uno de ellos maneja rasgos diferentes y en este caso debo adaptarme a cada una de las necesidades, en este caso el uso de las tecnologías necesitan el apoyo al 100% del padre”.
Finalmente, comentó que es importante que para todos los niños existan las herramientas para llevar a cabo sus clases, pues también existe la exclusión