Luigi De Siervo, CEO de la Serie A, ha lanzado este lunes un grito de socorro por el fútbol italiano. "O reabrimos los estadios o el sistema del fútbol corre el riesgo de colapsar". Así de rotundo y sin maquillar la crudeza del panorama, describió el difícil panorama de la liga italiana, ahogada por los efectos económicos de la pandemia. Adelantó que los efectos del COVID-19 en la liga italiana han derivado en pérdidas superiores a los 500 millones de euros que ponen en peligro al fútbol italiano. No solo por la amenaza de una fuga de talentos sino también por el mantenimiento de las propias infraestructuras.
"Lamentablemente, estamos destinados a revisar constantemente las estimaciones, pero hasta ahora el daño para la Serie A es de más de 500 millones de euros. Una cifra monstruosa no solo para nuestro campeonato, sino para todo el fútbol italiano porque somos el motor de una industria que emplea a miles de personas y este daño afecta a las ligas inferiores, llegando a la base", de esta manera tan directa, a la vez que cruda, describió De Siervo la situación del fútbol italiano en los micrófonos de RAI Radio 1.
El CEO de la Serie A recordó que los derechos de la televisión suponen el 65 por ciento de los ingresos y avisó que sin los ingresos del tanto por ciento restante el sistema del fútbol italiano corre el riesgo de colapsar: "Antes de la pandemia, en Italia los costos de los jugadores eran equivalentes a los ingresos por derechos de televisión, aproximadamente el 65 por ciento de la facturación. Sin los demás ingresos, hoy el sistema corre el riesgo de colapsar: no se deben subestimar las solicitudes de ayuda que llegan de diversas partes, desde el presidente Gravina hasta muchos otros presidentes. El fútbol debe estar protegido".
De Siervo también lanzó una reflexión en voz alta sobre la sostenibilidad de los contratos de las estrellas de la Serie A. "¿Si los contratos del jugador millonario siguen siendo sostenibles? También se habla desde hace algún tiempo de topes salariales en el fútbol". Y avisó: "Es muy complicado y está claro que ningún país puede intervenir si no es en concierto con los demás, de lo contrario solo tendríamos una fuga de talentos".