Tras el 'hat-trick' de Kylian Mbappé en el Camp Nou ante el Barcelona, la opinión pública madridista ha girado definitivamente hacia el delantero francés para designarle como el hombre elegido sobre el que cimentar el proyecto del Real Madrid de la próxima década. Ya tenía esa condición dentro del propio club, mientras que en la afición otras opciones, como Haaland, le restaban foco al ariete del PSG. Tres goles en casa del eterno rival después, ya no hay dudas, pero sí una pregunta: ¿cómo puede fichar el Real Madrid a Mbappé?
El precio, según ya estimaban en el club y confirmó ayer 'Le Parisien' (diario muy cercano al PSG), no será nunca inferior a 200 millones. Eso, si el PSG se abre a negociar, pues en este momento es más partidario de la Fórmula Rabiot: a saber, forzar a Mbappé a finalizar su contrato, hasta junio de 2022, aunque no llegando al límite de mandarle a la grada seis meses como sí hizo con el actual medio de la Juventus en 2019. Si el PSG se aviene a negociar, tres situaciones deben confluir para que el fichaje pueda llevarse a término: asumir deuda para financiar la operación, darle encaje en la escala salarial madridista liberando espacio y recaudar todo lo posible mediante ventas el próximo verano (el plan es sacar más de cien millones).
El club blanco, al igual que el resto de grandes del Viejo Continente, está penando económicamente por las consecuencias de la pandemia de coronavirus, que ha alejado al público de los estadios y que ha provocado un descenso en los ingresos del Madrid de más de 200 millones de euros: el presupuesto de la 2019-20 era de 822 millones; el de la 2020-21 es de 617 millones, un 25% menos. Ya es evidente que el público no volverá a los estadios esta temporada (el Madrid ya está retirando el césped para agilizar las obras de reforma del Bernabéu) y, pese a haber elaborado un presupuesto a la baja, el club prevé cerrar el curso con pérdidas de 91 millones, socavón en las cuentas que intenta tapar negociando bajadas de salario con todos los jugadores.
Endeudarse por Mbappé
Y para colmo, los gastos en personal han crecido de 411 millones el curso pasado a 448 en el presente por la evolución de los contratos (las fichas de los jugadores suelen crecer con el paso de las temporadas). El Madrid logró cerrar la temporada pasada con un beneficio mínimo de 313.000 euros, aunque para compensar el dinero disponible en Tesorería (que quedó en 125 millones a 30 de junio) tuvo que pedir cuatro créditos por un total de 205 millones. Por ello, la deuda bruta creció en 235 millones, hasta los 409M€, y la deuda neta (la diferencia que queda al restar lo que debes a lo que te deben y lo que tienes en Tesorería) dejó de arrojar un saldo positivo y se colocó en -241 millones.
Conclusión: el Real Madrid está superando la crisis del coronavirus con recortes y endeudándose y ese es el único camino que puede tomar si quiere firmar a Mbappé. El club dispone de líneas de crédito autorizadas por 328 millones que no ha hecho efectivas, pero que reconoce en su informe económico como la opción más viable para hacer frente a obligaciones de pago. No están pensadas para un fichaje de esta envergadura, pero podrían servir de apoyo y el Madrid tiene músculo financiero y prestigio ante las entidades de crédito como para solicitar más préstamos.
La reforma del Santiago Bernabéu afectaría relativamente a la operación el próximo verano, pues el Madrid no empezará a devolver los 575 millones de euros del préstamo con el que ha financiado la reforma hasta junio de 2023; desde entonces y hasta 2049, abonará cada año 29,5 millones de euros. La factura total, sumados los intereses, rozará los 800 millones, pero el Madrid prevé que los ingresos del club, una vez esté operativo el renovado estadio (previsto para la 2022-23) y con la crisis pandémica superada, se sitúen entre 800 y mil millones.
Las líneas de crédito a disposición del club, además, son a largo plazo, ideales para acometer la necesaria renovación de la plantilla y cuadrar las cuentas durante la próxima década. No sería un fenómeno nuevo, ya sucedió cuando Florentino Pérez regresó al Madrid en 2009 y endeudó al club para firmar a Cristiano, Kaká, Xabi Alonso, Benzema…
El salario de Mbappé, un problema
El verdadero problema radica en el salario de Mbappé. El Real Madrid podría llegar a 21 millones netos por temporada, lo que supone 42 millones brutos al año; eso es lo que percibe actualmente el jugador en el PSG, que pretende renovarle y equipararle con Neymar, pagándole 36 millones de euros limpios por campaña. Una cifra inasumible para el Madrid en estos momentos. Se confía en poder compensar esa distancia dándole un mejor porcentaje de los derechos de imagen del futbolista, que habitualmente se reparten al 50% entre club y jugador, pero en el caso de las estrellas se les cede una parte mayor.
El salto que supone pasar de ser jugador del PSG a vestir la camiseta blanca dispararía esos ingresos. Si la decisión se basa sólo en lo económico, el Madrid lo tiene difícil para competir con el PSG y con otros pretendientes, como el Liverpool (impulsado por el gigantesco contrato televisivo de la Premier League); pero en Valdebebas confían en atraer a Mbappé con su proyecto deportivo y jugando con el afecto que el francés siente por el club blanco; de niño, su habitación estuvo empapelada con pósters de Cristiano celebrando goles para el Real Madrid.
Incluso si aceptase Mbappé ese salario de 21 millones netos, el Madrid necesitaría hacer espacio en la masa salarial, que de momento pelea por mantener bajo control hasta que la pandemia remita y los ingresos vuelvan a ser los que eran. La salida de Bale, al que le quedará en junio otro curso más en el Madrid y que supone un gasto de 30 millones por temporada, sería un paso enorme en esa dirección; si Ramos no sigue, liberará un hueco de otros 24 millones. Y ahí están los Jovic, Ceballos, Isco, Marcelo o Mariano, jugadores con papeletas para salir y que aligerarían la carga salarial blanca, además de aportar dinero a la caja con traspasos.
El Madrid pretende recaudar el próximo verano entre 100 y 120 millones en ventas. En conjunto, la fórmula para fichar a Mbappé pasa por endeudarse, recaudar todo lo posible, reducir salarios y gastos para darle encaje en las cuentas y esperar que el francés valore la propuesta deportiva blanca por encima de otra que llenen más sus bolsillos. A favor del club blanco juegan los tiempos (acaba en 2022 y de momento se ha negado a firmar la renovación) y que la situación del PSG también requiere un serio ajuste: perdió 126 millones en la temporada 2019-20 y prevé perder 240 este curso si no ajusta seriamente los gastos.