El alcoholismo y la drogadicción es un problema social que nadie puede evitar, las bebidas embriagantes las venden en cualquier esquina sin ningún control, lo mismo las pueden adquirir en los clásicos depósitos, o en las tiendas de autoservicio.
Dependiendo de la calidad del alcohol son los precios de las elegantes botellas que alimentan el ego y la vanidad de quienes las consumen, pero también hay en existencia botellas de alcohol barato que no rebasan un precio mayor de 35 pesos el litro.
Sin embargo y lamentablemente el alcohol en sus diferentes presentaciones es la puerta para entren en la vida de los seres humanos una infinidad de drogas que terminan por destruir las neuronas de los que hombres, mujeres, jóvenes y menores de edad que lo consumen.
Prueba de ello, es que hoy en día por las calles de la ciudad se pueden apreciar decenas de seres humanos que han perdido la razón y la consciencia, divagan sin saber a dónde van, sus ropas las han desgarrado las inclemencias del tiempo, no sienten hambre, no siente frio, toman para vivir y viven para tomar.
Muchos de ellos y ellas, no recuerdan ni su nombre, desconocen sus orígenes, duermen en cualquier banqueta, han perdido la dimensión del tiempo y el espacio, piden la moneda en las esquinas, en los cruceros de la ciudad, sus rostros demacrados e hinchados por el alcohol son una muestra clara de que el DIOS BACO los convirtió en sus esclavos, para ellos ya no hay solución, su destino tarde o temprano será una muerte dolorosa y en soledad.
