Pues finalmente el día de hoy terminamos con este año 2020, bendito sea Dios por un año más que a la vez, se convierte en un año menos en nuestra vida, y claro que los memes en contra del pobre año 2020 que hoy concluye su trabajo en el calendario, han sido con todo, desde ironías, hasta maledicencias, pasando por intenciones de no recordarlo, por lo mal que fue para todos, y en determinados casos, con especial dolor y pérdidas para algunos.
Pero oigan amigos, y amigas, todo año trae sus propios afanes en la vida de la humanidad, el tiempo es simplemente fechas, y los años son ciclos que nos dejan alguna lección, alguna enseñanza, alguna experiencia amarga o dulce, alguna tragedia, alguna bendición, así que el 2020, simplemente fue el año al que le tocó “bailar con la más fea”, aplicando este dicho utilizado para aquellos a los que les toca realizar las peores tareas en determinada situación, responsabilidad o conflicto.
Y miren, como dice el sobado dicho de ver el vaso desde diferentes ópticas, si está a la mitad, hay quienes con justa razón lo verán medio vacío, mientras que otros lo verán medio lleno, el vaso no cambiará por la óptica de quienes lo analizan, al igual que el año que hoy nos deja, ya no será diferente por las críticas o maledicencias que le lancemos, simplemente será lo que fue y listo, a aceptarlo tal y como nos llegó y nos pegó.
Ahora bien, ayer platicaba con un empresario que me comentaba que hizo la lucha hasta donde pudo para mantener con vida a su negocio, pero que ya para finales del año que hoy termina, ya era imposible pagar todas las obligaciones laborales y fiscales, así como de operación que necesariamente se dan en las empresas, así que con todo y el dolor de su corazón y de saber que perdería su modus vivendi, tuvo que empezar a despedir empleados, tuvo que dejar de pedir mercancía y finalmente tuvo que cerrar el negocio.
Situaciones como esta sin duda que dejarán marcados a hombres de pequeñas y medianas empresas que debido a la pandemia llamada CORONAVIRUS o la COVID-19, tuvieron que terminar en quiebra empresarial, esto fue parte del 2020.
Pero sin duda que el recuerdo que tendremos toda la vida de este año que hoy se va, es la llegada del CORONAVIRUS, innegable que esta epidemia convertida luego en pandemia, nos marcará de por vida, a algunos por los familiares que perdieron, por los amigos que se fueron, por las duras experiencias hogareñas que vivieron.
A otros por haber invertido su capital económico en atenciones médicas para salvar la vida de un ser querido.
A muchos más, este COVID-19, nos llevó a cambiar nuestros hábitos cotidianos de vida, nunca imaginamos que en lapso de 9 meses, pudiéramos aprender a vivir con tanto rigor higiénico, con tantos cuidados sanitarios, con tantas prohibiciones de nuestra conducta física y social.
Pero una cosa debemos de agradecer al 2020 de toda esta pandemia, que en adelante seremos cuidadosos de cualquier tipo de contagio que esté en nuestra manos poder evitarlo, sin duda que hoy, luego de nueve meses de un complejo sistema nuevo de vivir, ya sabemos que usar el cubre bocas, es un acto de cuidarnos y cuidar a los demás.
Vemos en las calles a niños que llevan sus cubre bocas, acompañados de sus padres, vemos a jóvenes reunidos dialogando en alguna banca de una plaza, de un parque, y todos traen sus cubrebocas, el 2020 nos ha enseñado a tener conciencia del cuidado de nuestra vida, a saber que no toda la carga de que estemos bien, le corresponde al gobierno o a alguna entidad oficial.
Cifras de fallecimientos en un solo día, como la cifra de ayer que rebasó los mil muertos en un solo día, por supuesto que nos sensibilizan a que los que seguimos vivos tenemos que redoblar el esfuerzo para ayudar a los que siguen en su idea de que el COVID-19 no existe.
Otra lección que nos dejó el 2020 y que es también consecuencia del coronavirus, fue el aprender a recibir clases en el caso de los alumnos, y a impartirlas, en el caso de los maestros, por medio de las redes sociales, por medio de las pantallas, algo que ni remotamente soñamos que un día ocurriría, ya ocurrió en este año que hoy termina.
Las madres y los padres se hicieron expertos en manejar los teléfonos celulares, pero miren, como les digo, no todo es malo, no seamos injustos al juzgar a un año, comparándolo con otro año, este tema de recibir clases a distancia, o “no presenciales”, como les dio por llamarlas, sirvió para algo importante, para hacer que las madres, especialmente ellas, estuvieran muy cerca de sus hijos o hijas, tan cerca que tenían que preocuparse porque sus vástagos enviaran la tarea, preocupadas por ponerle saldo al teléfono para que el maestro viera que si estaban tomando clases y haciendo los trabajos que se requerían.
Oigan qué excelente motivo para convivir, para reunir a padres e hijos, me refiero al motivo de la escuela, así que con todo y la renegadera que se vivía en el día a día, finalmente esto fue positivo, positivo en muchas formas, los padres y madres de familia, supieron lo que tienen qué hacer los maestros para enseñar a sus hijos, y los maestros supieron lo que cuesta enseñar con un nuevo sistema que en parte fue improvisado porque nunca se había vivido, a los alumnos.
Sin duda que esta experiencia servirá para muchas cosas en el futuro, la experiencia del manejo de la pantalla para recibir clases y para enviar tareas, en su momento será el método para otras acciones, así que veamos lo positivo amigos y amigas.
Miles de personas que nunca habían utilizado las redes sociales para adquirir alguna mercancía, ya la utilizan por necesidad, lo cual también es benéfico, porque estas personas son las que en el futuro promoverán este tipo de adquirir mercancías sin salir de casa. Y es como les digo, la pandemia de la COVID-19, nos obligó a una nueva cultura diaria de vida.
Sin duda que este año también trajo a muchas personas la desgracia de quedarse sin empleo, la pandemia tuvo muchas consecuencias, y entonces, leía en un reportaje periodístico, que esta pandemia hizo que miles de mexicanos utilizaran su ingenio para sobrevivir sin empleo, desde ofrecer por las redes, servicios, ofrecerse para realizar alguna determina actividad, hasta vender productos de determinado rubro, por lo tanto, si algo sirve para enseñarnos a sobrevivir, no es tan malo, finalmente toda enseñanza cuesta, y así nos pasó con la enseñanza para vivir en tiempos del coronavirus.
Para concluir este comentario, quiero utilizar las Palabras textuales del Papa Francisco, dichas hace dos años, pero tan vigentes como en ese tiempo, he aquí sus palabras:
*AÑO NUEVO, VIDA NUEVA*
*Si el amarillo atrajera dinero, los bomberos serían millonarios.*
*Si el blanco atrajera paz, ningún médico viviría nervioso.*
*Si el rojo atrajera amor, los seccionaleros nunca se separarían.*
*De nada sirve usar este o aquel color de ropa en el cambio de año, si no asumimos actitudes nuevas.*
*De nada sirve usar ropas rojas, blancas o comer esta o aquella fruta…*
*Es necesario hacer propósitos firmes para el año que entra, ser mejores padres, mejores esposos, mejores hijos, mejores cristianos.* *¡año nuevo, vida nueva!*
*Sería bueno proponernos abrazar más, gritar menos, perdonar más, odiar menos, orar más, juzgar menos, agradecer más, quejarnos menos, hacer más, hablar menos, escuchar más, comprender más y amar más…*
*Es necesario que* *Jesús ocupe más espacio y tiempo en nuestro corazón, en nuestros pensamientos y que influya más en nuestro comportamiento.*
*Así, de verdad tendremos un mejor año nuevo.*
*Eso deseo para todos ustedes* *¡Abundantes bendiciones!*…hasta el año que entra.
