La creación de la Superliga dará un vuelco importante a los órganos de la UEFA. Los responsables de los doce clubes fundadores de la Superliga perderán todas sus funciones dentro del organigrama de la federación continental y, según informa el New York Times, será Karl-Heinz Rummenigge, presidente de la junta directiva del Bayern de Múnich, el principal beneficiado del terremoto que está sacudiendo a la UEFA. Además, el propio club ha emitido un comunicado en el que se pronuncia oficialmente contra la nueva competición.
El Bayern anunció su postura: "El FC Bayern no participó en la planificación de una Superliga. Estamos convencidos de que la actual estática del fútbol garantiza una base seria. El FC Bayern acoge con satisfacción la reforma de la Liga de Campeones porque creemos que son el paso correcto para el desarrollo del fútbol europeo. La ronda preliminar modificada contribuirá a dar más emoción a la competición. No creo que la Superliga resuelva los problemas financieros de los clubes europeos como consecuencia del coronavirus. Más bien, todos los clubes de Europa deberían trabajar de manera solidaria para que la estructura de costes, especialmente los salarios de los jugadores y los honorarios de los agentes, se ajusten a los ingresos para que todo el fútbol europeo sea más racional".
Es un secreto a voces que el presidente de la Juve, Andrea Agnelli, fue uno de los impulsores de la Superliga. Junto al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, Agnelli trabajó intensamente a lo largo de los últimos meses para, finalmente, terminar anunciando la creación de la Superliga el domingo. En consecuencia, Agnelli perdió su puesto en el Comité Ejecutivo de la UEFA y su sucesor en el cargo sería Rummenigge.
El Comité Ejecutivo es el órgano supremo de la UEFA y está compuesto por 16 miembros y el presidente. El "ExCo" toma todas las decisiones importantes para la UEFA, incluida la reforma de la Liga de Campeones decidida el lunes. Queda pendiente la confirmación oficial de la UEFA, pero el nombramiento de Rummenigge sería una buena señal para una Bundesliga que rechaza la nueva Superliga con unanimidad.