De Tomás Boy la historia del fútbol mexicano podrá inscribir muchas cosas.
Algunas polémicas porque siempre navegó en aguas bravas, pero nadie podrá decir que fue una persona fría, indolente, como jugador y como director técnico.
Quién fuera jugador estelar de Tigres de la buena época, y luego entrenador del Morelia, Atlas, Chivas, Cruz Azul y otros equipos del máximo circuito, murió hace unas horas a causa de una trombosis pulmonar.
El lunes había ingresado de urgencia a un hospital y el ex mundialista mexicano finalmente perdió la batalla a los 70 años de edad..
Jugador de gran capacidad táctica, pero que se distinguió más por su carácter – y liderazgo – que le valió el mote de "Jefe" que lo acompañó en su etapa como entrenador.
Hombre de recia personalidad, claro y directo, deja un legado como un profesional del fútbol que valoró la fortaleza anímica, el temperamento, sobre la tibieza.
Tomás, siempre fue asociado a conflictos por su fuerte personalidad y manera de decir las cosas, pero ante todo por no dejarse manipular por nadie.
Un técnico estudioso, detallista, pero ante todo puro nervio al servicio del fútbol inteligente.
Descanse en paz.
