Cientos de miles de tepicenses caminan a El Pichón: así es la peregrinación del 12 de diciembre

Cientos de miles de tepicenses caminan a El Pichón: así es la peregrinación del 12 de diciembre

Más de 120 años de tradición: miles de fieles recorren 11 kilómetros a pie para honrar a la Virgen de Guadalupe en la barranca nayarita

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Entre la madrugada del 11 y las primeras luces del 12 de diciembre, Tepic se vacía hacia la barranca de El Pichón. Familias enteras, jóvenes, ancianos y devotos de otros estados caminan por veredas, caminos rurales y la histórica “Calzada Guadalupe” en una de las manifestaciones religiosas más masivas de Nayarit. Es una tradición que nace en 1906 y que hoy convoca a más de 150 mil personas en apenas 24 horas.

Un movimiento que comienza antes del amanecer

La noche del 11 de diciembre, la capital nayarita se transforma. Desde las 18:00 horas comienzan a formarse las primeras caravanas de peregrinos en puntos de salida estratégicos: la Plaza de Armas, el parque lineal habilitado este año como ruta segura, y diversos barrios de Tepic. Las autoridades de Protección Ciudadana y Bomberos han intensificado los operativos para garantizar que el recorrido de 11 kilómetros se realice sin tragedias, especialmente después de alertas sobre peligros en la carretera federal 15, donde la circulación de transporte pesado representa un riesgo constante.​

Familias llevan mochilas improvisadas con alimentos, vendajes, medicinas y sombrillas. Grupos de amigos conversan mientras caminan. Parejas de ancianos se toman del brazo. Niños duermen sobrecargados de sus padres o tíos, ajenos al significado de la jornada que apenas comienza. Todo se mueve al ritmo de un silencio interrumpido solo por conversaciones en voz baja y, ocasionalmente, por oraciones o cánticos religiosos.Tradición que nace de la fe y la comunidad

Para entender por qué cientos de miles de personas dedican una noche entera a caminar, es necesario retroceder a 1906. Ese año, dos hombres de la Barranca del Pichón —Gabriel Estrada y Santos Alonso— buscaron al vicario cooperador de la parroquia del Sagrario de Tepic, José Trinidad Velázquez, y le pidieron que celebrara misa en su rancho. El 12 de octubre de 1906, en una capilla rústica de adobe y techo de zacate, se realizó la primera misa con la presencia de una estampa de la Virgen de Guadalupe.​

Lo que comenzó como una necesidad local se convirtió en tradición comunitaria. El sacerdote regresaba cada 12 del mes. Con el tiempo, el pueblo solicitó que la Virgen de Guadalupe fuera nombrada patrona del lugar. Lo que muchos ignoran es que esa capilla original fue incendiada por grupos anticlericos durante la persecución religiosa que siguió a la Guerra Cristera. Fue el Obispo Manuel Azpeitia y Palomar quien, en 1930, a un año de conmemorarse el cuarto centenario de la aparición de la Virgen del Tepeyac, impulsó la construcción del templo más sólido que hoy resguarda a los peregrinos. El sacerdote donó personalmente un óleo de la Guadalupana que había pertenecido al colegio católico San Francisco Javier de Tepic, creando así un vínculo místico entre la capital y la barranca.​

La coronación oficial de la imagen de la Virgen de Guadalupe llegó en 1991, cuando el obispo de la Diócesis de Tepic, Alfonso Humberto Robles Cota, reconoció formalmente el fervor que se ha mantenido durante décadas.​

El viaje: geografía, paisaje y asombro

El trayecto de 11 kilómetros comienza en varios puntos de Tepic pero converge en lo que los peregrinos llaman la Calzada Guadalupe, un camino histórico flanqueado por eucaliptos gigantes que, según la tradición local, fue donado hace generaciones por un devoto guadalupano. El recorrido toma aproximadamente entre 45 minutos a una hora y media, dependiendo del ritmo y las edades de quienes lo realizan.youtube

El paisaje es variado: en las primeras etapas, los peregrinos pasan entre cultivos de maíz, frijol y hortalizas. Los cerros que rodean a Tepic van quedando más cercanos. Hay paradas informales donde vendedores ofrecen agua, refrescos y comida rápida. Las luminarias colocadas por el ayuntamiento de Tepic jalona el camino durante la madrugada, creando una atmósfera casi mágica, especialmente para quienes peregrinan por primera vez.youtube

Cerca de la barranca misma, el paisaje se vuelve escarpado. Las vistas panorámicas de la barranca del Pichón se abren de golpe, y es común ver a peregrinos detenerse para tomar fotos, rezar un momento antes de continuar la bajada final hacia el santuario. Es en esos metros finales donde muchos experimentan una emoción que mezcla lo físico —el agotamiento de la caminata— con lo espiritual.

El programa 2025: Misas cada hora y solidaridad comunitaria

Las autoridades diocesanas han anunciado un calendario intenso para los días 11 y 12 de diciembre. El domingo 11 comienza con la misa de alba a las 5:00 de la mañana, seguida por una misa cada hora ininterrumpidamente hasta las 23:00 horas. A las 22:00 se realizará una serenata coordinada por la Fundación Alika, y a las 00:00 horas del 12 se entonarán colectivamente Las Mañanitas.​

El 12 de diciembre mismo continuará el programa de misas cada hora, con especial énfasis en la celebración central que marca la culminación de la festividad. Se espera que alrededor de 150 mil feligreses asistan al santuario durante estos dos días, cifra que ha ido en aumento año con año.​

Además de las actividades religiosas, el santuario funciona como un nodo de solidaridad comunitaria. Voluntarios y feligreses sirven desayuno, comida y cena a peregrinos, especialmente a aquellos que viajan de otras entidades o que realizan un esfuerzo físico mayor. Hay puestos de primeros auxilios, agua gratuita y espacios de descanso.

Seguridad reforzada en un contexto de riesgo

Uno de los aspectos más preocupantes de la peregrinación es la seguridad en los caminos. La Dirección de Protección Ciudadana y Bomberos de Nayarit emitió una alerta hace días advirtiendo sobre los peligros de caminar por los acotamientos de la carretera federal 15, donde circulan constantemente unidades de carga pesada.​

En respuesta, el Gobierno de Tepic ha trabajado en la habilitación y limpieza de caminos rurales alternos que conducen directamente al santuario, reduciendo considerablemente el contacto de peregrinos con vías de tránsito vehicular importante. Se exhorta a los caminantes a utilizar el Parque Lineal, la ruta segura habilitada especialmente para la ocasión.​

Durante los días 11 y 12, socorristas y elementos policiales estatales y municipales resguardarán los accesos y caminos que conducen al santuario, con el propósito de garantizar seguridad y auxiliar a cualquier peregrino que lo requiera. Estos operativos son resultado de una experiencia acumulada de décadas; cada año el municipio aprende de los retos previos y ajusta sus protocolos.​

Motivaciones que trascienden lo religioso

Para la mayoría de los peregrinos, la caminata es un acto de fe. Muchos llegan a pedir favores, otros a agradecer milagros que atribuyen a la intercesión de la Virgen. Sin embargo, los estudiosos del fenómeno religioso en Nayarit notan que la peregrinación al Pichón es también un marcador de identidad comunitaria, un momento donde las fronteras entre lo devoto y lo social se desdibujan.​

Familias que se ven una sola vez al año se reencuentran en el camino. Barrios que compiten entre sí durante 364 días colaboran en la organización de contingentes. Jóvenes que han migrado a otros estados regresan especialmente para esta fecha. Personas sin especial afición religiosa participan movidas por la tradición familiar o por un sentido de pertenencia a Tepic que solo cobra vida en esas 24 horas compartidas.​

El futuro de una tradición de 119 años

Aunque la peregrinación al Pichón sigue siendo robusta en términos de asistencia, los organizadores y la diócesis enfrentan desafíos nuevos: cambio climático, infraestructura insuficiente, crecimiento demográfico, y la competencia del entretenimiento digital. Sin embargo, el hecho de que tras más de un siglo la tradición siga viva y, de hecho, siga creciendo, es un testimonio de su profundidad en la identidad cultural nayarita.

El recorrido que comenzó en 1906 en una capilla de adobe se ha transformado en uno de los mayores actos de fe colectiva del estado. Más allá de denominaciones religiosas, representa un ritual que unifica a Tepic alrededor de valores compartidos: comunidad, sacrificio, tradición y esperanza.

Este 12 de diciembre, mientras cientos de miles de pies pisen nuevamente la Calzada Guadalupe, la pregunta que persiste es la misma que se hacían Gabriel Estrada y Santos Alonso en 1906: ¿qué nos une tan profundamente como para estar dispuestos a peregrinar en la oscuridad?

 
 

 

 

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