En un operativo de alta precisión ejecutado este fin de semana en Sinaloa, elementos de la Secretaría de Marina (Semar) abatieron a Pedro Inzunza Coronel, alias “El Pichón”, identificado como el segundo al mando de la organización criminal liderada por Fausto Isidro Meza Flores, “El Chapo Isidro”. El enfrentamiento se desató cuando personal naval, que realizaba labores de inteligencia en la zona serrana, fue agredido con armas de alto poder, lo que obligó a repeler el ataque con fuerza letal.
Autoridades federales confirmaron que “El Pichón” era un objetivo prioritario con orden de extradición vigente hacia Estados Unidos, donde la Corte Federal del Distrito Sur de California lo requería por conspiración para distribuir fentanilo y cocaína. Su neutralización representa un golpe estratégico a la estructura logística del Cártel de los Beltrán Leyva y sus aliados, afectando directamente sus capacidades para el trasiego de drogas sintéticas hacia el norte del continente.
Durante la operación, las fuerzas especiales lograron la detención de dos colaboradores cercanos del capo: Adelemo “N”, alias “Lemu”, operador logístico, y Miguel “N”, jefe de seguridad. Además, se aseguraron dos laboratorios clandestinos activos, vehículos blindados conocidos como “monstruos”, armamento de uso exclusivo del ejército y precursores químicos. El decomiso evidencia la capacidad industrial de la organización para la producción de metanfetaminas y opioides.
El secretario de Marina, Almirante Raymundo Pedro Morales, informó que la operación fue resultado de meses de trabajo de inteligencia naval y coordinación con la Fiscalía General de la República (FGR). Destacó que no se registraron bajas entre el personal militar, gracias al adiestramiento y equipamiento de las unidades de operaciones especiales. La zona permanece resguardada por un fuerte dispositivo de seguridad para evitar reacciones violentas del grupo criminal.
Este golpe se suma a la estrategia de “seguridad con inteligencia” impulsada por el gobierno federal, que prioriza el desmantelamiento de las redes financieras y logísticas sobre los enfrentamientos masivos. La caída de “El Pichón” interrumpe una de las rutas más importantes de tráfico de fentanilo en el Pacífico mexicano, respondiendo a una de las principales demandas de seguridad en la agenda bilateral con Estados Unidos.
