Nayarit es una de las patrias de la lluvia. El promedio anual de precipitaciones está entre los más altos de México. Eso trae sus cosas buenas, pero también algunas malas. Las inundaciones urbanas son frecuentes. Los problemas en las viviendas también.
Llueve tanto que el agua se filtra en 45 por ciento de cada 100 viviendas del estado. Es poca cosa comparado con Tabasco, donde no saben si llueve más adentro o afuera de las casas habitadas por particulares, pues en 85 por ciento hay problemas estructurales por humedad o filtraciones en cimientos, muros o techos.
Según la Encuesta Nacional de Vivienda (ENVI) 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) los estados con mayor proporción de viviendas con daños por esa causa son, además de Tabasco, Yucatán, Campeche, Chiapas y Quintana Roo, con una proporción de 77, 64, 58 y 57 por ciento, respectivamente.
Pero los problemas no paran ahí: las mismas entidades, excepto Quintana Roo, tienen el mayor porcentaje nacional de viviendas con problemas de grietas o cuarteaduras en techos o muros. No se sabe qué fue primero, si el huevo o la gallina, perdón, la filtración o la cuarteadura. El caso es que así las cosas, en una grieta la filtración puede ser una cascada en tiempo de lluvias. Los porcentajes van del 75 al 52 por ciento.
Nayarit no canta mal las rancheras: en 36 de cada 100 viviendas habitadas por particulares las grietas y cuarteaduras en techos o muros son un paisaje doméstico poco agradable.
