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Se refugian en la informalidad

Los nayaritas han demostrado ser una población que no se queda de brazos cruzados, por lo que la venta de artículos y comestibles de manera informal se disparó, convirtiendo a las redes sociales en auténticos menús de “dark kitchens”

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Tepic.- La sociedad nayarita hoy se encuentra asfixiada por una tercera ola de contagios de COVID-19 que sorprendió a los distintos sectores que se conjuntan para formar la entidad; la cual ha colapsado a hospitales e incluso panteones, tanto Nayarit como en Estados vecinos.

Sin embargo, para esta ocasión tanto el Gobierno del Estado como los municipios han sido cautelosos en las restricciones que han implementado para disminuir la movilidad de los ciudadanos y por tanto lograr un decremento en el riesgo de contagio de la población.

“No aguantaremos otro confinamiento”, fue la frase que se escuchó decir a empresarios, comerciantes y hasta artesanos indígenas en distintas entrevistas, ya que aunque eran conscientes de la situación crítica que comenzaba a vivir la entidad, la economía aún se encuentra frágil por los primeros embates de esta pandemia.

Lo cual se refleja en la Encuesta de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la cual muestra la información recopilada durante el segundo trimestre de este año, es decir la correspondiente a los meses de abril, mayo y junio.

De acuerdo con el documento, la población económicamente activa y ocupada presentó una ligera disminución durante estos meses, datos que pueden relacionarse al cierre de negocios que se registró a principios de año, producto de las primeras oleadas de contagios que generaron restricciones estrictas para los comercios.

Eso sin mencionar la información de otra encuesta del INEGI destinada a conocer los ingresos y gastos de los hogares, la cual demostró que durante el último año, los egresos de las familias nayaritas incrementaron en un 72%; mientras que el vestido y calzado, así como la compra de alimentos y bebidas para consumir fuera de casa pasó a ser un gasto menor.

En otras palabras, los negocios nayaritas fueron apaleados por la falta de ingresos, producto de las restricciones y las nuevas prioridades de los nayaritas, por lo cual muchos no lograron sobrevivir, generando así una pérdida de empleo en este segundo trimestre del año.

Sin embargo, la ciudadanía no se quedó de brazos cruzados, por lo que la venta de artículos y comestibles de forma informal se disparó, convirtiendo a las redes sociales en auténticos menús de “dark kitchens”, así como en catálogos de los productos creativos, importados o hasta de segunda mano que se ofertaron a diestra y siniestra.

Razón por la cual en tan solo tres meses más de 26 mil personas se sumaron a la informalidad, según los datos presentados por el INEGI.

Pero eso no fue todo, los confinamientos pasados crearon una auténtica epifanía entre los nayaritas emprendedores, que a pesar de la situación social y económica que vive la entidad crearon o ampliaron sus micro negocios, lo que permitió que más de 17 mil personas obtuvieran un trabajo en estos comercios motivados por el “consumo local”.

Para esta tercera ola, los negocios han encontrado un salvavidas en administraciones gubernamentales que han demostrado mayor experiencia durante estos meses, por lo que no se puede descartar que para el último trimestre del año se presente una mejor situación económica para la entidad.

“Aún falta recuperar más de 7 mil empleos de los 19 mil perdidos”, señaló la Coparmex durante el mes de junio explicando el panorama alentador que hoy se vive, gracias al respiro que otorgó la informalidad y el emprendimiento a la sociedad nayarita.

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