Abusos como el del alcalde de Amatlán de Cañas deben castigarse. Sucede, como ya todo mundo lo sabe, que con la complicidad del cabildo, el presidente municipal le aseguró a su amadísima esposa una jubilación adelantada por casi 24 mil pesos mensuales. Ése es amor del bueno, lástima que con recursos públicos. Las leyes deben prever sanciones severas para estos casos, y si no las contemplan es buena tarea para los diputados que este martes instalan la nueva legislatura. Cada fin de administraciones nos enteramos de estas linduras, que casi siempre quedan impunes.
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Manuel Lozada y Benito Juárez, indios ambos, tuvieron tratos. La fuerza de un presidente era suficiente para someter al tepiqueño. Si no sucedió fue precisamente por los acuerdos explícitos e implícitos. La muerte de Juárez en 1872 fue el detonante del ocaso del Tigre de Álica. Recordemos que lo sometió Sebastián Lerdo de Tejada, quien festejó su primer aniversario en la Presidencia de México con el fusilamiento de Lozada. Desde este sábado, en el Congreso del Estado, el Tigre y Juárez estarán otra vez juntos, aquél en el Muro de Honor, éste dando nombre a la sala de sesiones que lo alberga. El tiempo todo lo cura, los odios, las diferencias, el amor. Todo.
