En los años recientes diputados, regidores, magistrados, consejeros y otras dignas personitas usan profusamente la frase “es cuanto” al terminar sus intervenciones. No sé de dónde hayan sacado tan dominguera expresión, pero hasta tuercen sus labios al pronunciarla. Tiernos se ven. Si eso significa “no tengo nada más que decir”, mi recomendación es que siempre valoren si lo dicen al principio o al final. Casi siempre, si son listillos, preferirán decirla al inicio, y sin más ni más, sentarse. Porque, de verdad, el tal “es cuanto” es lo más importante que dicen después de media hora.
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No diré el nombre del pueblo serrano por respeto a quienes no acomoda la generalización que hago. Los hombres de ese lugar, vagos y aficionados al trago y la cerveza, no son muy trabajadores. Más bien no lo eran, pero ya lo son. ¿Cómo ocurrió el milagro? Con el programa federal Sembrando Vida. Llegó a ese lugar, les entregaron árboles frutales y maderables y les pagan por sembrarlos y cuidarlos. Lo hacen bien y los supervisan bien.
Jefe Peje, ¿si les das arbolitos a los güevones podría ocurrir lo mismo? Ayúdanos por favor; perdón ayúdalos, plis.
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Este viernes se anunciarán nuevos nombres de quienes se incorporarán al gobierno estatal.
Es bastante modesto el sueldo que recibe nuestro agente y licenciado Vidriera, director y único empleado de policía china y asociados, así que hace lo que puede, y sólo nos dio ese reporte del estado del tiempo político.
