Tepic.- Este jueves 22 de julio del pandémico 2021 es un día para registrarse en la historia política y científica de Nayarit. El más controvertido personaje de la entidad sube al altar cívico de la mano del mexicano con la mayor contribución al control de la natalidad.
Venerado y odiado, el nombre de Manuel Lozada, El Tigre de Álica, estará en el Muro de Honor del Congreso local, al lado de los soldados liberales que le persiguieron y aniquilaron.
Así lo aprobó la XXXII Legislatura, con lo que cierra un capítulo de una larga y aun inconclusa discusión más dominada por la ideología que por el interés de valorar su contribución para que Nayarit alcanzara la categoría de estado libre y soberano.
Parte leyenda, parte historia documentada, Manuel Lozada, inicialmente bandolero, encabezó el movimiento de lucha por la tierra más importante del siglo XIX en el occidente de México. Para sus propósitos, lo mismo sirvió a las casas comerciales de Tepic que al Imperio de Maximiliano y al presidente Benito Juárez. Esa movilidad política nunca le fue perdonada por historiadores, ideólogos y políticos.
Su nombre en el alto muro del recinto legislativo tal vez avive la discusión ideologizada: le seguirán calificando como traidor a la patria o le dirán sacrosanto padre de esta tierra ardiente cuna de valientes.
También estará al lado de él, quien en el siglo XX haría una revolución científica que cambió la historia demográfica del mundo: el químico tepicense Luis Ernesto Miramontes Cárdenas.
Egresado de la UNAM, en 1951 Miramontes logró la síntesis del principio activo del primer anticonceptivo oral, con todas las consecuencias en sexualidad responsable, planificación familiar y control demográfico que han sido debidamente valoradas.
En el 2000 fue nominada como una de las invenciones más significativas del mundo en los últimos dos mil años.
La Academia Mexicana de Ciencias ha concluido que la del tepicense es la mayor contribución científica de México en la historia.
Su tierra tardó en honrar su nombre. Pero más vale tarde que nunca.