Es claro que uno escribe por esa necesidad interna, imperiosa y personal de comunicar algo a los demás, a quienes se atreven a leerlo, uno genera textos suponiendo que estamos trasmitiendo algún tipo de conocimiento, uno escribe temas con los que uno se siente identificado, apasionado y que reflexionamos en la soledad, discerniendo frente a una pantalla, discutimos duramente con nuestro reflejo, nos gritamos y nos enojamos en un debate que raya en la locura, pero que terminamos haciendo las paces con ese ansiado punto final; en palabras del gran Eduardo Galeano, “Uno escribe para despistar a la muerte y estrangular los fantasmas que por dentro lo acosan; pero lo que uno escribe puede ser históricamente útil sólo cuando, de alguna manera, coincide con la necesidad colectiva de conquista de la identidad”
Esto último es el punto de debate en esta columna, en esta reflexión y sobre todo por estos tiempos electorales en los que no se acaba de entender si las propuestas hechas por los candidatos nos traerán mayores problemas o los problemas tan evidentes que tenemos como comunidad requieran de otros candidatos que si entiendan que las cosas por el mundo terrenal no están del todo bien, como su realidad personal e individual lo imagina.
La necesidad colectiva es algo que requiere homologarse con el fin de exponer a los diferentes candidatos los verdaderos hechos problemáticos que impiden que nos desarrollemos y logremos un mínimo estado de bienestar, debemos de construir una sola voz, alejada de las pasiones y calenturas políticas de cada tres años y que a lo mucho, alcanza para un trabajo temporal pero no para solventar, de fondo, los grandes problemas que tenemos como destino turistico, de ahí que nuestra labor como sociedad, sea encender las conciencias de los políticos, revelarles y mostrarles la realidad en la que se vive actualmente y que ha cambiado desde su última visita, hace tres años.
Todo esto con el fin de que diseñen políticas publicas serias, estructuradas y con sentido, que de verdad se hagan razonadamente, que realmente resuelvan la serie de problemas que ya teníamos y que se potenciaroncon la llegada del Covid-19 lo cual vino a endurecer, aún más, la ya de por si precaria situación de la mayoría de las personas.
La parálisis total que vivió el sector turístico, que golpeó duramente los periodosvacacionales de semana santa y pascua, de verano y de fin de año y que género la pérdida de empleos, cierre de empresas y otros muchos impactos, pareció que sucedió en un Vallarta alterno al que viven los gobernantes, porque absolutamente, nada se hizo, ni por parte del gobierno municipal, ni por la oficina estatal de turismo de playa, quienes simplemente fueron un espectador más de la pandemia y no funcionarios pro activos a los problemas que esta crisis trajo consigo.
Hoy vivimos tiempos electorales, momentos en que parece que la función pública hace una pausa, porque nada se sabe y nada se hace en cuanto a la continuidad del modelo de desarrollo del Municipio, la administración actual, aun esta en funciones y debe de terminar informando de los avances en los objetivos planteados en su PMD, ver que indicadores se cumplieron y cuales no caminaron, la evaluación final también es parte del proceso de Políticas Públicas.
Sin embargo, más allá de ello, todos se preparan para, por lo menos, intentar mantenerse en un empleo, son porristas de los candidatos y manejadores de proyectos que, hasta ahora, se han caracterizado por todo, menos por presentar alternativas de propuestas para llevar, a buen fin, se idea de gobierno.
La preocupación en la carencia de propuestas viables es simple, la construcción de la agenda política de los diferentes sectores del desarrollo municipal no es algo que se haga de la noche a la mañana, no es copiar y pegar, es diseñar, construir modelos innovadores e integrales que den respuestas claras a los problemas que hoy en día estamos padeciendo.
La agenda del turismo es aún, más compleja, se deben de tomar en cuenta nuevos factores, inéditos en años anteriores, como la pandemia y sus efectos, el diagnostico (inexistente) del municipio sobre los resultados de estos impactos, la integración nuevas variables de las tendencias globales y de los nuevos requerimientos de los viajeros, se debe buscar que la actividad impacte positivamente a la comunidad local, que promueva el desarrollo de la sociedad y que avance hacia un paradigma de ciudad turistica inteligente con niveles de bienestar tangibles.
Hasta el momento, a más de tres semanas de campaña, fuera de una virgen gigante y un teleférico en el malecón, no he escuchado ninguna otra propuesta, en lo personal creo que estos temas, son más una broma de alguien, que algo salido de algún candidato, con el tiempo lo sabremos.
Lo que es claro es que mucha de la tarea, para el diseño y construcción, no solo de la agenda turistica sino de muchos otros temas, ya está hecha, basta con leer los muchos artículos publicados en revistas de todo el mundo, los libros y comentarios de investigadores y académicos locales, que han sentado las bases para que se genere un modelo de desarrollo turistico que venga a ser la plataforma de un plan Municipal de Desarrollo innovador, integral y participativo, para eso escribimos, pero su gran responsabilidad es sumergirse en esas lecturas, leer, construirse, formarse para poder convertirse en gobernantes que trasciendan, que logren sacarnos del bache con elementos, fundamentos y logrando objetivos y no solo,que sean,líderes de esperanzas, de esos que son olvidados, en el muy corto plazo,por la memoria colectiva, pero claro,estosson solo algunos pensamientos dichos… en voz alta.
