“La democracia es un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Abraham Lincoln.
DEMOCRACIA
El legado que nos dejaron los griegos, por las pasiones y ambiciones humanas, ha llegado al Siglo XXI, con crisis. Por los errores que tanto la dañan, como es el pretender o imponer a un Partido, como Partido de Estado. A un individuo, como factótum – factor de todo -. Como centro del poder. Que centraliza en sus manos, el ejercicio de los equilibrios del poder judicial y del legislativo. Esto no es teoría, lo acabamos de ver en Estados Unidos con Donald Trump.
I.- Quien aun perdiendo claramente la elección presidencial, mantuvo la narrativa crispante y peligrosa del “fraude electoral”. Tal como se estila aún en América Latina, en África y en algunos países asiáticos. Usando una visible técnica de intento de golpe de Estado.
2.- Buscó la manera de frenar los conteos y declaraciones de cómputo final, de los Colegios Electorales de los Estados. Existiendo incluso grabaciones, donde presionaba a los Secretarios de Estado – Secretarios de gobierno – de las entidades federativas, para que cambiaran o nulificaran el resultado de la elección.
3.- Incitó a masas violentas a la toma del Capitolio, para impedir la Calificación de la Elección a favor del ganador de la Contienda, el demócrata Joe Biden. Ocasionando 4 muertos de los sublevados y uno de las milicias, con una considerable cantidad de daños y heridos.
4.- Presionó a su Vicepresidente Mike Pence, para que no asistiera a la sesión del Congreso, a validar el resultado final de la elección. Más sin embargo, con dignidad afortunadamente, este no le hizo caso.
LOS POPULISMOS
En Europa y en Estados Unidos, los populismos de derecha, han puesto en grave peligro a la democracia. Con las consabidas violaciones a la Constitución y un grave – casi irreparable – daño al Estado de Derecho. Esto viene sucediendo en América Latina con los populismos de izquierda. Que pretenden eliminar a las Instituciones surgidas de las Constituciones. Acaparar el poder en unas solas manos, controlando a los poderes Judicial y Legislativo. Generando verdaderos Estados centralistas, con hombres fuertes en el Ejecutivo. Eliminando o controlando a los organismos autónomos, indispensables para generar equilibrios en un Estado Democrático. El discurso de confrontación con analistas y escritores de historia, sociología, filosofía o política. Con los medios de comunicación y polarizando a la sociedad. Con una tendencia insana, de buscar erigir a sus partidos de origen en Partidos de Estado. Sin respetar a los árbitros electorales, establecidos legalmente en base a la Constitución y sus propias leyes que les generan derechos, atribuciones y obligaciones. A los cuales pretenden controlar e incluso eliminar.
Para la cultura occidental, es indispensable la existencia de la democracia. Del diálogo y los acuerdos para generar gobernanza y gobernabilidad. Incrementando el respeto pleno a la Constitución y a las leyes que de ella emanan. Sin esto, la tentación de entronizarse en el poder sin controles, estará siempre presente. Y eso es muy peligroso para las libertades democráticas.
