El proyecto de ley con el que el presidente de Estados Unidos de América, Joe Biden, busca promover una ambiciosa reforma migratoria que otorgue una vía a la ciudadanía para 11 millones de indocumentados llegó hace dos semanas al Congreso, con el respaldo del senador de origen cubano Bob Menéndez y la legisladora Linda Sánchez, de raíces mexicanas, quienes son los patrocinadores de la Ley de Ciudadanía Estadounidense de 2021, la propuesta bandera con la que el Gobierno de Biden busca remodelar el sistema de migración del país, que desde hace más de 30 años no aprueba una reforma de este tipo. La amplia iniciativa busca garantizar una solución a largo plazo para los "soñadores", como se conoce a los inmigrantes llegados al país siendo niños y amparados por el programa DACA; y a los beneficiados por el Estatus de Protección Temporal (TPS) -que en su mayoría proceden de Centroamérica- y los trabajadores agrícolas inmigrantes. Pero habrá qué revisar qué pasos se están dando bajo la égida Biden en el tema de la mencionada reforma migratoria.
No hay que olvidar que durante la campaña electoral, Joe Biden se comprometió a reformar el sistema migratorio estadounidense, "tomando medidas urgentes" para acabar con las políticas de Donald Trump, y así lo hizo desde el día en que asumió como presidente el 20 de enero pasado. El demócrata ordenó la reunificación de los niños migrantes con sus familias, puso fin a la construcción del muro fronterizo y pidió revisar los programas de inmigración legal cancelados por su predecesor.
Pero a aquellos que buscan ingresar por la frontera sur de Estados Unidos, el gobierno de Biden les ha pedido paciencia y dijo que su administración necesita tiempo para prepararse para gestionar la llegada de personas.
"No estamos diciendo 'no vengas'", dijo esta semana el principal funcionario de seguridad nacional de Biden, Alejandro Mayorkas. "Estamos diciendo 'no vengas ahora'".
En enero, el mes en el que Biden asumió el cargo, 5.871 niños no acompañados cruzaron la frontera -comparados con los 4.995 de diciembre- según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CPB, por sus siglas en inglés). Y la CPB informó de un promedio de casi 3.000 arrestos por día en enero, en comparación con menos de 30.000 durante todo un mes el año pasado.
Sin embargo, el gobierno de Biden cuestionó que todavía haya una "crisis" en la frontera.
"La respuesta es no", dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, a un periodista esta semana. "Creo que hay un desafío en la frontera que estamos manejando", añadió.
Y el repunte sigue siendo modesto en comparación con 2019, cuando los agentes fronterizos retuvieron a más de 76.000 menores no acompañados.
Pero la presión está aumentando en la frontera sur y algunos informes sugieren que las cifras van camino de superar los máximos históricos de ese año.
Los solicitantes de asilo mexicanos esperan registrarse en un campamento de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México. A puerta cerrada, los comentarios de Mayorkas sugieren que él podría estar de acuerdo con esto. El mes pasado, dijo a agentes de alto rango en la frontera que "se preparen ahora para las oleadas en la frontera", según los correos electrónicos obtenidos por el diario The Washington Times.
Mientras estaba en el cargo, Donald Trump causó indignación por las condiciones dentro de las instalaciones fronterizas en las que se internan a menores. Las imágenes del interior de los centros de detención mostraban a niños hacinados en jaulas de metal, otros durmiendo bajo mantas de papel de aluminio. Algunas de estas instalaciones de la era Trump, ahora renovadas y mejoradas, se están utilizando nuevamente.
Hasta ahora, Biden sigue con la política de emergencia del coronavirus de la era Trump, que permite a las autoridades estadounidenses expulsar a casi todos los inmigrantes indocumentados que buscan ingresar al país, pasando por alto las leyes y protecciones migratorias habituales.
Pero a diferencia de Trump, Biden decidió permitir la entrada de niños y adolescentes migrantes.
En la actualidad, unos 200 niños migrantes cruzan la frontera cada día y miles de menores fueron retenidos en la frontera suroeste del país en las últimas semanas y enviados a centros de detención.
El lunes, Mayorkas dijo que los menores son retenidos por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para "procesarlos" por un máximo de 72 horas. Luego, los niños son entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, en inglés) "para atender las necesidades de esos niños", afirmó Mayorkas, incluida la investigación de las familias que albergarán a los niños mientras sus casos son adjudicados a un tribunal de inmigración.
El HHS retiene a niños y adolescentes durante un mes en promedio, detalló.
Los grupos de derechos humanos y miembros del propio partido de Biden criticaron la decisión de mantener a los niños bajo la custodia del gobierno durante las semanas o meses que lleva el proceso de selección de las familias de acogida. Algunos de los críticos de Biden aseguran que el proceso se remonta a las políticas de la era Trump y que el principal cambio es que los niños permanecen detenidos durante menos tiempo bajo el gobierno del presidente Biden.
Mayorkas desestimó las comparaciones con los programas de inmigración de Trump, diciendo que son "absolutamente inexactas" y que su departamento estaba actuando en el "mejor interés" de los niños migrantes. Pero algunos activistas dicen que, dado que la mayoría de los niños llegan con planes de reunirse con las personas que los van a acoger, generalmente amigos o familiares, deben ser transferidos de inmediato a su guarda.
En el primer día de mandato de Biden, el Departamento de Seguridad Nacional suspendió una polémica política de la era Trump que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México sus audiencias de inmigración en Estados Unidos. Alrededor de 70.000 migrantes se inscribieron en los Protocolos de Protección al Migrante (PPM), conocido informalmente como el programa "Permanecer en México", desde que se puso en práctica en enero de 2019.
El mes pasado, el gobierno de Biden comenzó a procesar gradualmente a estas decenas de miles de personas que esperan en México, permitiéndoles ingresar a Estados Unidos mientras se realizan las audiencias de sus casos.
Aún así, funcionarios de Biden enfatizaron que los migrantes no deberían intentar ingresar a Estados Unidos en este momento, diciendo que se necesita más tiempo para reconstruir los sistemas de asilo que, dicen, fueron desmantelados por Trump.
"Un mensaje para las personas que están pensando en venir a nuestra frontera: deben esperar", aseguró Mayorkas el lunes. "Se necesita tiempo para reconstruir el sistema desde cero", agregó.
El gobierno de Biden tomó varias medidas para reformar el sistema legal de inmigración del país. Propuso un importante proyecto de ley de inmigración que ofrecería un camino de 8 años hacia la ciudadanía a los aproximadamente 11 millones de indocumentados que están en el país. La legislación también brindaría protección permanente a los jóvenes migrantes que se acogieron al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Daca, por sus siglas en inglés), conocidos como Dreamers.
Estas políticas a favor de la inmigración, que aumentarían en gran medida la inmigración legal basada en la familia y en el empleo, enfrentará una gran oposición en el Congreso, no solo de los republicanos sino también de algunos demócratas moderados. Con información de BBC News Mundo.
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