Pues bueno, finalmente como dijo el presidente de México, ser pobre tiene sus ventajas, una de ellas según añadió en esa misma conferencia mañanera, es que a los pobres difícilmente los secuestrarán para pedir rescate por su libertad y por su vida, porque los que se dedican a este oficio de la extorsión y el secuestro, saben que aquí perderían su tiempo y en una de esas, hasta su libertad, pues aun siendo pobre el secuestrado, las corporaciones policiacas inician sus búsquedas protocolarias, y si los secuestradores van a ser buscados por tener en su poder, a alguien de salario mínimo, es un arriesgue demasiado tonto porque pudieran ser encontrados y la pena judicial por secuestro aplica los mismos años por alguien que trabaja en el aseo público municipal, como por alguien que es dueño de las empresas Bimbo.
Recuerdo pues que AMLO, dijo en esa conferencia, que para que era la gente rica, si ya sabían los riesgos que corren los ricos de parte de la delincuencia, y siguiendo con su tónica de enaltecer a la pobreza, el jefe del poder ejecutivo federal, dijo en otra conferencia mañanera, que era una pena que había deportistas que con lo que ganaban podían comprarse hasta dos o tres carros deportivos Lamborghini, o Ferraris, y de otras marcas, esto para hablar de nuevo de las ventajas de ser pobre, falto de ingresos, falto de recursos económicos pues, que no es lo mismo desde luego ser pobre que ser humilde, pero este rubro de la humildad, no es el tema de hoy.
Lo que quiero comentar que este fin de semana el Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana en Nayarit, Jorge Benito Rodríguez destacó que las cifras de extorsión están a la baja, De las famosas extorsiones – como le llamó el SSP y PC, al negocio de sacarle dinero a la gente por un chantaje o presión de algo, el señor Secretadio dijo que afortunadamente están a la baja, porque la mayoría de los nayaritas somos gente ordinaria que no tenemos un poder adquisitivo de tal suerte que vayan a secuestrar a nuestra familia, en otras palabras, el señor BENITO RODRIGUEZ, ve como una bendición que los nayaritas no tengamos un regular poder adquisitivo, ya que eso hace que los secuestradores se desanimen en su trabajo de secuestro.
Así que diríamos que el señor Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, ve con buenos ojos, y como una bendición que los nayaritas seamos pobres, porque eso le representa a él, menos trabajo en materia de secuestros cuando menos.
Digamos que ese es el punto de vista positivo de la pobreza, el punto de vista que hace alguien que se enfrenta a la delincuencia que en efecto, asalta, roba, y realiza sus atrocidades, en personas que pueden responder a sus exigencias, ni más ni menos.
Lo que no puedo decirles es, hasta dónde sea conveniente de que por tal de que bajen los delitos, tal y como lo dice el presidente y es secundado por JORGE BENITO RODRIGUEZ, sea bueno que la gente esté sumida en la pobreza, sin expectativas de crecimiento económico, y de esta forma, si es que es algo positivo, llegarle a la extrema pobreza, para así de plano, ya no cuidarse de la delincuencia, y de plano dejar hasta la puerta de la casa donde viven, abierta, pues al fin y al cabo, no hay nada que se puedan robar, validando de esta forma la teoría del señor López Obrador y del señor Benito Rodríguez.
Porque una cosa si es segura, que ni siquiera los subsidios a los pobres, ayudan a aliviar la pobreza. Tenemos el ejemplo de Chiapas, una entidad que ha recibido cientos de miles de millones de pesos en subsidios del Gobierno Federal desde 1994 sin lograr avances significativos contra la pobreza. La experiencia internacional demuestra que los subsidios y la ayuda no generan riqueza sino que, por el contrario, la arraigan.
La única forma de rescatar a los pobres de la pobreza es a través de la inversión productiva y la generación de empleos. Pero esto es algo que los políticos no entienden o que prefieren no comprender. Si los 200 mil millones de pesos del subsidio a la gasolina, o los cientos de miles de millones más que se gastan en subsidios en el país, se invirtieran productivamente estaríamos realmente en camino de salir de la pobreza. El problema es que los políticos necesitan a los pobres para manipularlos políticamente. Por eso prefieren subsidiar la pobreza, para preservarla, antes que tomar medidas para combatirla.
Pobreza y riqueza en el cristianismo han sido temas controvertidos desde los inicios de esa religión. Mientras algunos exégetas interpretan que la riqueza y el economicismo (especialmente el triunfante en el mundo occidental contemporáneo, fuertemente materialista) son opuestos a la doctrina cristiana, y que incluso el llevar una vida acomodada (no sólo el lujo, sino todo lo que supere una vida sencilla) conlleva problemas de conciencia; otros manifiestan la multiplicidad de puntos de vista cristianos sobre la riqueza, que en ocasiones se ve como una ofensa a la fe (resultado de algún pecado, como alguno de los capitales —especialmente la avaricia— o la usura —equiparada al robo—), en otras como un obstáculo (la dificultad de que un «camello pase por el ojo de una aguja» se equipara a la de que «un rico entre en el reino de los cielos») y en otras como una consecuencia de la fe en sí misma (como ocurre en ciertas interpretaciones de la predestinación calvinista o en la teología de la prosperidad).
En cuanto a la pobreza, que a veces es vista como un castigo (tanto el genérico a toda la humanidad que trajo el pecado original, como el personal que pueda acarrear un comportamiento desordenado que cae en pecados capitales —gula, lujuria, pereza—), es más a menudo ensalzada como un valor (pobreza evangélica identificada con la del propio Cristo, consejo evangélico y voto de pobreza de las órdenes religiosas, incrementado hasta la mendicidad en las órdenes mendicantes, evangelio social, doctrina social de la Iglesia, opción preferencial por los pobres, teología de la liberación). Está estrechamente vinculado a estas tendencias o puntos de vista, y en muy diferentes formas según la época, el concepto cristiano del trabajo.
Por otra parte, a poco no suena un poco raro eso de que la pobreza sea una virtud ¿no es en realidad una desgracia? No cabe duda de que el evangelio llama bienaventurados a los pobres e invita a los que quieren ser “perfectos” a vender todo y dárselo después a los pobres, o sea a quedarse sin nada. Pero, si se trata de vivir en pobreza ¿por qué dárselo a los pobres? ¿Acaso no son ya dichosos por ser tales? Alimentar a los pobres sería privarlos de la dicha de tener hambre y sed, y por tanto de ser doblemente dichosos, según esa otra bienaventuranza.
Realmente a lo que se puede llamar virtud de la pobreza, es a la victoria contra la avaricia, al desprendimiento de las cosas materiales, que a veces significa renunciar a poseer lo que sé que no me hace falta, y otras hacer uso de las cosas sin apegarse a ellas, sin poner el corazón en ellas. Los pecados contra la virtud de la pobreza serían el lujo excesivo, el derroche, la vanidad y prepotencia, la mala administración o el descuido, la tacañería, toda clase de robo (obviamente) y todos los atentados contra la propiedad ajena, también los que se cometen con guante blanco, quiero decir amparados por el poder, la autoridad, la ley: expropiación de bienes injustificada, impuestos excesivos, salarios injustos, especulación con los precios, malversación de fondos públicos, etc.
Quizá por ese lado vayan los pensamientos del jefe del poder ejecutivo federal, y del Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, por el lado de que ser pobres por no ser avariciosos, porque si van por el lado de que es una bendición de que una nación o un estado como Nayarit, sea pobre y vivan en la pobreza, entonces parece que estamos con pensamientos que no motivarán al progreso, y entonces si aceptaremos que los políticos lo que quieren es preservar a los pobres y la pobreza, y no acabar con este azote que tiene en la desdicha a millones de personas…hasta mañana