El Barça anunció este lunes, a través del canal televisivo del club, la destitución de Quique Setién como entrenador azulgrana. El cántabro, que comió con el director deportivo, Eric Abidal, sólo ha durado siete meses en el club pese a que tenía contrato hasta 2022, si bien en 2021 el nuevo presidente saliente en las elecciones podía romper el contrato. Setién se va por la puerta de atrás del Barça, con un récord flojísimo de 16 victorias, tres empates y cinco derrotas durísimas: en Valencia, Madrid, Bilbao, ante Osasuna en LaLiga y en Lisboa.
El comunicado del club dice lo siguiente:
"La Junta Directiva ha acordado que Quique Setién deja de ser el entrenador del primer equipo. Esta es la primera decisión en el marco de una amplia reestructuración del primer equipo, que se hará desde el consenso entre la actual secretaría técnica y el nuevo técnico, que será anunciado a los próximos días.
Quique Setién llegó al banquillo del Barça el pasado 13 de enero. Durante estos siete meses, el técnico cántabro ha dirigido al equipo azulgrana en 25 partidos: 19 de Liga, tres de Champions y tres de Copa.
El balance total de resultados que ha registrado es de 16 victorias, cuatro empates y cinco derrotas".
Setién, una solución de urgencia a quien el Barça llamó mientras estaba tranquilamente en su Cantabria natal, se encontró con una oportunidad que nunca pudo esperar y que no ha aprovechado. Fichado, según Abidal, para dar un "impulso" al equipo cuando este venía de ganar dos Ligas con Valverde, para nada levantó al equipo y, al contrario, es el primer entrenador desde 2008 que se marcha sin ganar un título.
La relación con la plantilla de Setién y de su ayudante, Eder Sarabia, no fue fluida. Su mensaje no caló en ningún momento y fue siendo arrinconado por los jugadores, que tomaron el mando de las operaciones. Rechazaron su primer cambio de sistema y volvieron al dibujo que practicaron con Valverde. Las derrotas contra Valencia y Madrid en Liga generaron un par de crisis en el vestuario, aunque la tormenta se desató después de la caída ante Osasuna. Entonces, Setién estuvo a punto de ser destituido y de no afrontar la Champions como entrenador del Barça. Tras una reunión con Messi, aguantó en el cargo. Su sueño, pasear con la Champions entre las vacas, acabó en pesadilla con un 2-8 con el que tanto él como los jugadores tendrán que cargar durante toda su carrera.