Mientras el gobernador Antonio Echevarría toma drásticas medidas para detener el aumento en casos de Covid-19 en todo el estado, en Sayulita hay una parte de la comunidad que o entiende la gravedad del caso y asaltan las playas sin la menor medida de seguridad y, lo que es peor, saturan los antros y bares del poblado hasta las cuatro de la madrugada, cuando solamente tienen permisos para permanecer abiertos apenas oscurece el día.
“Los gobernantes de los tres órdenes de gobierno simulan estar preocupados y disimulan que no se dan cuenta de lo que pasa y las autoridades no actúan”, lamenta un sayulitense al observar una de las playas repletas de inconscientes.
“Esto se puede salir de control no sólo en nuestra comunidad, que sí sería la primera afectada, pero también en otras ciudades de Nayarit o del país o del extranjero, ya que tenemos llegadas de todos lados como si no pasara nada… no quiero saber la cantidad de contagios que se pueden disparar y que pueden salir de Sayulita a Monterrey, a Guadalajara, a Tepic o a donde sea… y todo porque nadie quiere tomar medidas enérgicas como las que tomó el gobernador al principio de la pandemia en un complejo residencial en Punta de Mita… una acción como esa se necesita en Sayulita, a ver si así respeta la ley y la salud de los demás toda esa gente que sale a pasear o a vender algo sin las más mínimas medidas”, explota el sayulitense.
Otro vecino, bien documentado revela que “de acuerdo al Diario Oficial de la Federación el decreto estatal marca que deben de cerrar a las 10 de la noche los antros y restaurantes bar y están cerrando a las 4 de la mañana ¿y reglamentos no los ve?, es una pregunta; ¿y el presidente no ve que reglamento no los ve? es otra pregunta ¿y gobierno del estado no ve que el ayuntamiento no lo ve? es otra pregunta”, ironiza.
El decreto marca que las playas están cerradas y en Sayulita parece Semana Santa. Los concesionarios no pueden usar las playas con todo y filtros de sanitización, pero los vendedores ambulantes y gente sin ningún protocolo de sanidad sí pueden hacer uso de las playas sin importarles el riesgo en que ponen a los que sí se están cuidando.
Además, explican “la gente llega en autobuses de 50 personas en cada uno y no vemos un filtro de sanidad que revise la sana distancia y el número de pasajeros que debe de traer cada autobús”.
Prosigue, “si bien los pueblos no están cerrados pero las playas sí y por decreto gubernamental deberían de estar checando, sanitizando y cuidando qué personas y cuántas llegan a cada destino y en qué condiciones físicas médicas.
Argumentan “y es bien sabido por todos de las próximas aspiraciones políticas de los jugadores en turno y si están mostrando no poder gobernar en este momento cómo querrán nuestra confianza para una mayor responsabilidad a futuro”, rematan al hacer saber que hay personajes con aspiraciones políticas involucradas en la desordenada reactivación económica del poblado más turístico de Bahía de Banderas.