Sinaloa.- No será suspendida la venta de bebidas embriagantes, afirmó el director de Inspección y Normatividad del Estado, Octavio Ruiz Fonseca. Esto se debe a la petición que realizaron el alcalde Jesús Estrada Ferreiro y la alcaldesa de Guasave, Aurelia Leal, de que se aplicara la ley seca con el fin de reducir el número de casos de COVID-19.
Ante esta petición, el gobernador del estado, Quirino Ordaz Coppel, respondió que la venta no es un factor que determine el incremento en los casos, pues se demostró que durante los 36 días que hubo ley seca los sinaloenses seguían consumiendo y adquiriendo las bebidas de manera ilegal.
Para el mandatario estatal lo que propicia un repunte en los casos es la movilidad de personas que se empezó a presentar los últimos días de mayo y a principios de junio, donde la población empezó a retomar su vida cotidiana.
“Durante la suspensión, la gente no dejó de tomar alcohol. En su momento ayudó, pero tuvo otros efectos”, dijo Ordaz Coppel.
Para que esta medida hubiera tenido mejores resultados, lo ideal es que se hubiera aplicado para todas las entidades federativas, ya que al tener Sinaloa cercanía con Tepic y Durango, hay quienes enviaban las bebidas al estado para su venta mediante el “aguaje”.
La Dirección de Inspección y Normatividad pide a la ciudadanía a no crear falsas especulaciones sobre el decreto de la ley seca.
Fortalecer medidas
Es de suma importancia que las medidas de prevención se fortalezcan, que el sector empresarial cree conciencia y se trabaje de manera conjunta con el fin de reducir el número de personas infectadas. Debido a esto, el gobernador señaló que cada quien es responsable de su protección, y poco a poco se irá dando la reactivación económica.
Durante esta semana, Sinaloa pasó de ocupar el décimo al decimoséptimo lugar en la tabla de entidades federativas con mayor número de personas contagiadas de coronavirus, lo que indica para el estado un gran avance, ya que se está en la media nacional.
Propuesta
El alcalde de Culiacán había solicitado en conjunto con otros empresarios la suspensión de la venta de bebidas alcohólicas, ya que tenía un programa de medidas fuertes para reducir el número de casos de COVID-19 en un 90 por ciento.
La propuesta era aplicar ley seca en un tiempo de quince días, y junto con esto el Ayuntamiento de Culiacán aplicaría otras medidas para reducir los contagios y comenzar la reactivación económica.