Los sucesos policiales, con Jacob Blake como protagonista, desarrollados el pasado lunes en Wisconsin ya tienen su impacto deportivo en la NBA. Todos los partidos que se iban a disputar este miércoles y en la madrugada del miércoles al jueves han quedado suspendidos después de que los 6 equipos involucrados se negasen a jugar. El boicot lo iniciaron los Milwaukee Bucks, franquicia local, después de no presentarse al quinto partido de la eliminatoria frente a los Orlando Magic.
Los directivos y jugadores hicieron acto de presencia en el AdventHealth Arena, sin embargo los directivos apenas salieron del vestuario y los jugadores se negaron a salir del mismo. Los Bucks llegaron a anunciar los 5 jugadores con los que inciarían el partido. La decisión fue acatada por los Magic, pese a que los jugadores llegaron a salir a calentar, y tampoco se presentaron.
Tras darse a conocer la suspensión del primer envite del día, Rockets y Thunder, que debían de disputar el quinto partido de la serie a partir de las 00:30, se unieron al boicot y anunciaron que no se presentarían. Lakers y Blazers, también pendientes de disputar el quinto partido de su eliminatoria, se unieron a la protesta y la NBA decidió suspender la jornada íntegra.
En la madrugada del miércoles al jueves, los jugadores se reunirán con el objetivo de establecer la hoja de ruta a seguir en los próximos días. Las incógnitas han hecho acto de presencia y la NBA desconoce qué sucederá con la jornada del jueves, en la que deberían de jugarse otros 3 partidos. La jornada arrancaría con el sexto partido de la serie entre Jazz y Nuggets, seguido del primer enfrentamiento entre Raptors y Celtics de las semifinales del Este y del sexto entre Mavericks y Clippers.
Jazz, Clippers y Mavericks no se han reunido hasta el momento para hablar de potenciales boicots, sin embargo la situación invita a pensar que lo harán en las próximas horas. Sí que lo hicieron los jugadores de Raptors y Celtics, reunión de la que aseguró Nick Nurse algunos jugadores del vigente campeón esgrimían la posibilidad de no presentarse y marcharse a casa.
El boicot de los Bucks ya se podía intuir el pasado lunes cuando Mike Budenholzer, técnico de la franquicia, resaltó que pese a la trascendencia del partido el escándalo policial tenía mucho mayor trascendencia que cualquier partido: "Blake estará en la mente de jugadores, técnicos y directivos durante el partido de hoy. Tenemos un partido muy importante para nosotros pero lo sucedido es mucho más importante que cualquier partido o entrenamiento en Orlando", comentó.
Las reivindicaciones del técnico de Arizona ya fueron secundadas de una forma mucho más vehemente por George Hill, uno de los veteranos del vestuario, quien llegó a asegurar que no debían ni siquiera haber viajado: "Ahora no podemos hacer nada. Para empezar y siendo honesto, no teníamos que haber venido a este maldito lugar. Al hacerlo, quitamos todo el foco de atención de los asuntos en los que debería estar. Pero es lo que hay. Estamos aquí y desde aquí no podemos hacer nada", comentó.
Tras anunciar la renuncia de los Bucks a presentarse al partido, el vicepresidente de la franquicia Alexander Lasry aseguró a través de sus redes sociales que los hechos acaecidos con Jacob Blake habían superado todos los límites sociales: "Algunas cosas son más grandes que el baloncesto. La postura adquirida hoy por los jugadores y la organización demuestra que estamos hartos. Ya está bien. Necesitamos cambios. Estoy muy orgulloso de mis jugadores y los apoyaremos al 100% para ayudar y conseguir un cambio real".